PUBLICIDADLa Unión Europea está más que preocupada por la reforma fiscal estadounidese.
Considera que perjudica a las empresas europeas que operan en Estados Unidos, ya que podrían ser sometidas a una mayor carga impositiva.
La reforma impulsada por Donald Trump ha sido cuestionada, a través de una carta, por cuatro comisarios europeos que denuncian el riesgo de que se convierta en un obstáculo para el comercio. “Hemos resaltado nuestras preocupaciones en la carta que hemos remitido a las autoridades competentes estadounideses”, explica Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión. “Queremos garantías de que la reforma fiscal no va a conducir a una situación que de facto sería discriminatoria para las empresas europeas”.
La nueva normativa abre la puerta a los subsidios a la exportación, una medida que Bruselas ve como una forma de proteccionismo contraria a los principios de la Organización Mundial del Comercio.
“Estamos ante el comienzo de una competencia fiscal muy inquietante. Algunos hablan ya de guerra impositiva. La globalización está empezando a convertirse en competencia en lugar de cooperación entre gobiernos. Y eso es muy preocupante “, expica Tove Maria Ryding, de la organización no gubernamental Eurodad, dedicada a cuestiones relacionadas con la deuda, el financiamiento al desarrollo y la reducción de la pobreza.
Washington, por su parte, lleva tiempo critícando a Bruselas por las sanciones que ha impuesto a multinacionales como Google o Apple. La guerra comercial parece servida.