Los presidentes de ambos países se han reunido y se han comprometido a trabajar para resolver los litigios fronterizos y para defender los derechos de las minorías
Los fantasmas del pasado han planeado sobre la visita del presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, a Croacia.
Belgrado necesita mejorar sus relaciones con Zagreb, ya que se trata de uno de los requisitos que ha impuesto la Unión Europea para permitir el ingreso de Serbia en el club comunitario.
Pero la tensión persiste. "Desafortunadamente, las relaciones entre Serbia y Croacia sufren el peso del pasado. Hoy no hemos hablado sobre ese pasado. Pero desafortunadamente, ese pasado todavía nos impide describir nuestras relaciones como amistosas", ha declarado Kolinda Grabar-Kitarovic, presidenta de Coaracia. "Nuestra obligación, como presidentes electos, es reunirnos, hablar y tratar de resolver los problemas que nos dividen".
Mientras, en las calles de Zagreb, los veteranos de la guerra yugoslava se manifestaban para expresar su rechazo a la visita, ignorando los gestos de reconciliación.
Durante su encuentro, los presidentes de ambos países se han comprometido a defender los derechos de las minorías y formar una comisión conjunta para resolver los litigios fronterizos que todavía persisten.
Asimismo, se dicen dispuestos a intensificar la búsqueda de los casi dos mil desaparecidos que dejó la guerra. Un conflicto que acabó con 70 años de convivencia bajo el paraguas de la antigua Yugoslavia.