Molenbeek quiere dejar de ser sinónimo de terrorismo

El barrio bruselense de Molenbeek se hizo tristemente famoso por ser lugar de origen y residencia de terroristas. Aqui se gestaron, entre otros, los atentados de París y del 11-M de Madrid.
Ahora trata de salir del ostracismo, con iniciativas culturales y empresariales como Molengeek, un espacio de coworking donde se desarrollan proyectos empresariales en equipo desde el respeto a la diversidad cultural.
"A los jóvenes de Molenbeek, yo los veo más como una plusvalía que como un problema. Tienen un gran potencial y sobretodo no tienen nada que ver con la imagen que se da de ellos en algunos medios", explica Ibrahim Ouassari, fundador de Molengeek.
A nivel institucional se trabaja en la lucha contra la radicalización y en la formación. Molenbeek tiene uno de los índices de paro más elevados de Bélgica, situándose en el 40% entre los jóvenes.
"Para nosotros, la educación es fundamental", explica Françoise Schepmans, alcaldesa de Molenbeek. "Se están realizando esfuerzos importantes a nivel de vecindario para organizar actividades y ayudar a que las personas se encuentran. Queremos abrir el barrio, evitar que se encierre en si mismo".
Para muchos inmigrantes magrebíes, Molenbeek es la puerta de entrada antes de conseguir trasladarse a una zona mejor.
Y para más de uno es necesario superar más de un prejuicio antes de instalarse aqui. "Cuando llegué a Molenbeek, estaba nervioso, tenía muy mala reputación por lo que había pasado. Pero nunca he tenido problemas. Al contrario, la gente es muy agradable y servicial", afirma Sam Wilkinson, estudiante británico de informática.
Durante años las autoridades miraron hacia otro lado mientras el barrio se deterioraba y los yihadistas reclutaban. Pero los habitantes de Molenbeek se resisten a quedar marcados y reivindican su otra cara.