Griselda Lobo denuncia que el proceso de paz está en peligro, por la falta de recursos y la persecución de los activistas
PUBLICIDADDos excombatientes de las FARC han viajado hasta Bruselas para pedir que se garantice el cumplimiento del proceso de paz, el diputado Jairo Cala y la senadora Griselda Lobo.
Denuncian que su implementación está en peligro. En primer lugar por la persecución de la que están siendo víctimas.
Lobo dejó las armas para ingresar en la política y ahora se siene en peligro. "Todos nos sentimos en peligro. En peligro de que nos asesinen por hablar por la gente. Nosotros estamos siendo asesinados, ya llevamos más de 135 compañeros asesinados. Compañeros nuestros han recibido amenazas, seguimientos y amenazas."
Pero no sólo los exguerrilleros de las FARC están amenazados. Desde que se firmaron los acuerdos de paz en 2016, han sido asesinados 460 activistas, entre los que se cuentan defensores de los derechos humanos o militantes que luchan por la distribución de la tierra.
La exguerrillera denuncia la desidia de las autoridades. "El gobierno hasta ahora no está haciendo nada, por eso tenemos este grupo tan altísismo de asesinatos. No se ven las garantías que fueron pactadas en el acuerdo precisamente para la defensa de los líderes y de todos los colombianos".
Otro punto delicado es el de la transformación del campo, una de sus reivindicaciones. Denuncian que los recursos no están llegando a los territorios. Y a ello se añaden las fumigaciones anunciadas por el gobierno para erradicar el cultivo de coca. Consideran más útil que se avance en los programas para ayudar a los campesinos a buscar cultivos alternativos.
"El daño ambiental es grande, pero aparte de eso ¿de qué van a vivir borrando los cultivos de la noche a la mañana sin dejar de que viva el campesino? Vamos a aumentar la pobreza, al contrario de si lo sustituimos y le damos un apoyo".
Los exguerrilleros de las FARC también han venido hasta Bruselas para pedir que se cree una comisión capaz de verificar que los fondos que destinaron para el acuerdo de paz llegan a su destino "y no se desvía hacia las venas rotas de la corrupción".