La UE experimenta a gran escala lo que ocurre en los tres países que no forman parte de Schengen

Conducir por Europa en tiempos de pandemia implica sufrir colas y controles estrictos en las fronteras.
El eurodiputado rumano Dacian Ciolos, jefe del grupo Liberal, filmó un vídeo hace dos semanas, para denunciar la situación cuando conducía entre Bucarest y Bruselas.
La Comisión Europea presentó la semana pasada sus recomendaciones para la reapertura de las fronteras y varios países están trabajando en ello. Pero desde el ejecutivo comunitario insisten en que se debe evitar cualquier medida discriminatoria.
"Cuando se trata de abrir áreas de turismo, viajes y hospitalidad, hemos sido muy claros en nuestras recomendaciones. No hay margen para la discriminación. Cada medida debe basarse en nuestras directrices y debe ser de naturaleza no discriminatoria", explica Margaritis Schinas, vicepresidente de la Comisión Europea.
Pero incluso si se reabren las fronteras internas, nada cambiará para Rumanía, Bulgaria y Croacia, los países que no pertenecen a la zona Schengen de libre circulación.
Desde la Eurocámara explican que los europeos han experimentado a gran escala lo que habitualmente sufren estos tres países y piden que se reconsidere su ingreso.
“Este es el momento de enviar un mensaje político a todos aquellos ciudadanos de la UE que todavía se encuentran a las puertas de Schengen. Deben ser tratados como los demás”, exige Dragos Tudorache, eurodiputado liberal rumano.
El Parlamento Europeo y la Comisión creen que los tres países están técnicamente listos, pero algunos Estados miembros como Francia y los Países Bajos, lo han impedido.