Cinco retos urgentes a los que se enfrenta Macron en su segundo mandato como presidente francés

Emmanuel Macron, presidente de Francia.
Emmanuel Macron, presidente de Francia. Derechos de autor AP Photo
Por Alasdair Sandford & Euronews
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La victoria de Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las presidenciales francesas supondrá un alivio para todos aquellos que temían un caos político en su país y en el extranjero, si su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, hubiera obtenido ‘las llaves del Palacio del Elíseo’.

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La victoria de Emmanuel Macron en la segunda vuelta de las presidenciales francesas supondrá un alivio para todos aquellos que temían un caos político en su país y en el extranjero, si su rival de extrema derecha, Marine Le Pen, hubiera obtenido ‘las llaves del Palacio del Elíseo’.

Sin embargo, el hecho de que el presidente, más orientado hacia el centro, en ideología política, y proeuropeo, siga en el poder, no augura un camino tranquilo.

Francia es un país dividido y, a pesar de su victoria, la figura de Macron es, hoy día, profundamente impopular entre una gran parte de la población.

El primer mandato del presidente de Francia estuvo marcado por las protestas de los ‘chalecos amarillos’, algunas de las cuales rozaron la insurrección. Además, se vio perturbado por la presidencia de Donald Trump, el Brexit, la pandemia de COVID-19 y, finalmente, la guerra en Ucrania.

El segundo mandato de Macron puede resultar igual de desalentador. Euronews contempla algunos de los retos que tiene por delante.

1- Necesita mayoría en el Parlamento

En primer lugar, el presidente necesita una nueva mayoría de gobierno. El país vuelve a votar en junio en las elecciones legislativas. En 2017, Macron obtuvo una victoria aplastante gracias a su triunfo frente a una oposición desmoralizada, especialmente entre la izquierda y la derecha tradicionales.

En 2022, se enfrenta a un duro desafío, sobre todo, por parte del movimiento radical de izquierda 'Francia Insumisa', de Jean-Luc Mélenchon; la tercera fuerza política más votada en la primera vuelta de las presidenciales.

Mélenchon ya ha preparado la batalla legislativa que se avecina, desafiando sin tapujos al presidente para que le nombre primer ministro.

Sin embargo, Macron podría beneficiarse del proceso electoral, que en el caso de los comicios legislativos también se reparte en dos rondas. En la contienda por el Palacio del Elíseo ya acaparó, al primer intento, muchos votos de electores de centroderecha y centroizquierda, ideologías cuyos partidos políticos han quedado destrozados.

The Associated Press.
El candidato francés de izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon analiza los resultados preliminares de la primera ronda de las presidenciales en París, el 10 de abril de 2022.The Associated Press.

Otro factor a su favor podría ser que la amenaza presidencial de Le Pen tal vez no se repita en las legislativas, ya que la extrema derecha parece dividida entre su campo y el de Éric Zemmour.

"Creo que Macron lo hará relativamente bien en las elecciones de junio. No lo hará tan bien, ni ganará de manera tan clara como la última vez. Entonces era un candidato nuevo, si se quiere decir así; no tenía que presentarse con su historial político", señalaba a Euronews Douglas Webber, profesor emérito de la Escuela de Negocios INSEAD.

"Para construir una mayoría en el Parlamento, probablemente, necesitará contar con el apoyo de algunos otros partidos políticos. Y, es posible que encuentre suficientes diputados que le respalden entre la corriente principal de la derecha y, también, representantes de la izquierda más moderada, así como de los ‘restos’ del Partido Socialista y, especialmente, lo que queda de los republicanos", indica.

2- Macron puede enfrentarse a una reacción violenta, a pesar de su victoria

Macron ha revalidado su presidencia gracias, en parte, a los votos extra que le han concedido para dejar fuera a Le Pen, a pesar de la reacción que se ha registrado contra el llamado ‘frente republicano’, la unión de fuerzas creada para hacer frente a su padre Jean-Marie Le Pen, hace 20 años.

Muchos votantes de izquierdas, hayan votado o no a Macron a regañadientes en la segunda vuelta, quizá estén aún más resentidos con el ‘hombre del Elíseo’ mientras afina la puesta a punto para un segundo mandato.

La primera vuelta de las elecciones presidenciales ha confirmado la existencia de tres bloques recientemente afianzados en el nuevo panorama político francés: los centristas proeuropeos de Macron, la insurgencia nacionalista de Le Pen y la izquierda radical de Mélenchon.

A grandes rasgos, cada uno de ellos cuenta con el apoyo de alrededor de un tercio de la ciudadanía. La ‘izquierda’ y los ‘nacionalistas’ tienen poco en común, aparte de la hostilidad hacia el presidente, su movimiento y el sistema establecido en el país. La oposición de dos tercios de los votantes no facilitará su gobierno.

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"Francia seguirá siendo un país profundamente dividido. Macron tiene o puede contar, con el apoyo de menos de un votante francés de cada tres, aproximadamente el 28 %, como se vio en la primera vuelta", señala Webber.

Francisco Seco/The Associated Press.
Un hombre sostiene una pancarta en la que se lee: "mañana el cielo será amarillo", durante una manifestación de ‘chalecos amarillos’ en París, en abril de 2019.Francisco Seco/The Associated Press.

El presidente ya ha indicado que tiene la intención de comenzar la reforma de las pensiones a partir del próximo otoño, con el objetivo de elevar la edad legal de jubilación a los 65 años, aunque durante la campaña electoral prometió ser flexible. Si los ciudadanos están buscando una cuestión que desencadene otra ola de protestas, esta puede ser una de ellas.

Webber sugiere que Macron tendrá dificultades para llegar lejos en la implementación de su agenda política interna y hacer cambios radicales.

"Incluso si cuenta con mayoría en el Parlamento, para proyectos importantes como la reforma del sistema de pensiones, es probable que se enfrente a una oposición muy fuerte fuera del Parlamento en forma de protestas, como las que se han producido contra las reformas, también, durante estos últimos cinco años. Así que, se podría producir un resurgimiento del movimiento de los ‘chalecos amarillos’ si, en particular, el coste de la vida sigue aumentando".

3 - "Renovación completa" de la política climática de Francia

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En un intento apenas disimulado de cortejar a los votantes de la izquierda entre las dos rondas electorales, Emmanuel Macron prometió una revisión de la política climática ante una multitud de partidarios en Marsella.

El próximo primer ministro tendría la responsabilidad directa de la planificación medioambiental, declaró, respaldado por dos ministros para supervisar la ‘transición verde’ y su aplicación; una idea muy similar a la propuesta por Mélenchon.

Macron repasó los demás elementos principales de su manifiesto: ahorro energético, energía nuclear (seis reactores de nueva generación con estudios iniciados para otros ocho), grandes inversiones en energías renovables con 50 parques eólicos en el mar para 2050, más transporte ferroviario y fluvial, lucha contra la contaminación atmosférica y plantación de árboles.

Phil Noble/AP
El presidente francés Emmanuel Macron llega a la cumbre COP26 en el Scottish Event Campus (SEC), en Glasgow, Escocia, el lunes 1 de noviembre de 2021.Phil Noble/AP

El presidente también quiere desarrollar un sector de coches eléctricos, exclusivamente francés, a los que se pueda acceder de manera más fácil, a través de un programa de leasing. Incluso se establecería una ‘Fiesta de la Naturaleza’ anual, basada en el exitoso modelo de la 'Fiesta de la Música', establecido desde hace tiempo.

Los defensores del medioambiente cuestionan la sinceridad de Macron, a quien tildaron de ‘presidente de la inacción climática’ o ‘presidente de los pequeños pasos’, durante su primer mandato. Tanto él, como Le Pen, fueron criticados por no abordar, en absoluto, algunas cuestiones ecológicas durante su debate televisivo.

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4- Una ambiciosa reforma de la Unión Europea

La profundización de la integración europea ha sido un tema clave para Emmanuel Macron desde su elección en 2017, cuando en su mitin político tras la victoria electoral resonó la ‘Oda a la Alegría’ de Beethoven, el himno de la Unión Europea.

Esta vez, aunque quizás haya tocado un poco menos el ‘tambor europeo’ durante la campaña, el presidente describe su proyecto como un programa de "soberanía nacional y europea".

Sus ambiciones comunitarias incluyen una autonomía "energética y estratégica", una reforma de la zona de libre circulación del espacio Schengen con una mejor protección de las fronteras exteriores de la UE y una política de asilo común.

Macron también quiere que los países europeos desarrollen una mayor capacidad de defensa y un impulso concreto a la industria tecnológica europea.

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Para relanzar la economía, Macron propone medidas con una dimensión social y económica: un impuesto sobre los carburantes a escala de la UE y normas comunitarias aplicadas en los acuerdos comerciales, así como una directiva sobre el salario mínimo y la igualdad de género.

Por último, para los jóvenes, él y la Comisión Europea quieren desarrollar un programa de Servicio Cívico Europeo de seis meses de duración, que ofrezca intercambios académicos o profesionales, o actividades benéficas.

5- Equilibrio en la guerra de Ucrania

Emmanuel Macron ha apoyado las sanciones de la UE contra Rusia por la guerra en Ucrania, y su Gobierno ha señalado que estudiará la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso. El presidente calificó las ‘atrocidades’ rusas en Bucha de "crímenes de guerra" y pidió que los responsables fueran juzgados a nivel internacional.

Sin embargo, siempre ha defendido el diálogo con Moscú, respaldado por la "firmeza". Apenas tres semanas después de la victoria electoral de Macron en 2017, Vladímir Putin acudió a Versalles, a pesar de las tensiones por Siria y Ucrania. También visitó la residencia de verano del presidente francés, en el sur de Francia, antes de una cumbre del G7.

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AP
El presidente francés Emmanuel Macron, conduce un buggy eléctrico junto al presidente ruso Vladímir Putin en el jardín del Palacio de Versalles, en mayo de 2017.AP

Esas reuniones no lograron aliviar las tensiones a largo plazo. Tampoco las múltiples conversaciones telefónicas de Macron con su homólogo ruso el pasado invierno, mientras Moscú acumulaba efectivos militares en las fronteras de Ucrania, impidieron que Rusia declarara la guerra.

El viernes 22 de abril, el presidente francés señaló a la radio francesa que "no descarta" volver a hablar con Putin, aunque reconoció que el objetivo puede ser relativamente modesto, como el hecho de que Mariúpol pueda obtener acceso a ayuda humanitaria.

Advirtiendo de una ruptura permanente de las relaciones, citaba la necesidad de influir en caso de ‘alto el fuego’. "Europa debe estar en la mesa de negociaciones. Todos debemos estar muy atentos. No debemos encontrarnos en una situación en la que, porque hayamos decidido no hablar más con el presidente Putin, los negociadores sean los presidentes turco o chino, u otros", afirmaba en France Inter.

Macron considera que Francia y Europa deben evitar un compromiso militar directo en Ucrania que, según él, sería visto como una escalada del conflicto, o incluso como el inicio de una “nueva Guerra Mundial”. Enviar tanques o aviones “sería un acto de cobeligerancia”, señala.

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