Los ministros de energía europeos aprobarán medidas de emergencia para contener los precios

Los ministros de Energía aprobarán este viernes las primeras medidas para contener los precios energéticos
Los ministros de Energía aprobarán este viernes las primeras medidas para contener los precios energéticos Derechos de autor MTI Fotó: Koszticsák Szilárd
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Por Aida Sanchez AlonsoJorge Liboreiro
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Los ministros también tratarán de acordar si deben imponer un tope a todas las importaciones de gas.

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Los ministros de Energía de la UE se reúnen este viernes en Bruselas para aprobar un primer paquete de medidas comunes de emergencia que podrían ayudar a frenar el aumento de la factura eléctrica.

Hasta ahora, la respuesta a la crisis ha estado protagonizada por remedios nacionales, a menudo descoordinados y desincronizados. Ante un invierno de pobreza energética y descontento popular, la Unión Europea ha acelerado drásticamente sus esfuerzos para introducir soluciones rápidas y eficaces que puedan devolver los precios a niveles tolerables y alejar en lo posible la temida posibilidad del racionamiento.

El paquete que se ha puesto sobre la mesa tiene tres patas y abarca el ahorro obligatorio de energía, el exceso de ingresos del mercado y el excedente de beneficios de las empresas.

Por un lado, la UE pretende reducir el consumo de electricidad en las horas punta para reequilibrar el desajuste entre oferta y demanda y, por otro, incautar parte de las exuberantes cantidades de dinero que las centrales eléctricas y las empresas de combustibles fósiles están ganando desde que Rusia empezó la invasión de Ucrania.

Los ministros debatirán la propuesta legislativa y darán los últimos retoques al texto. Se espera que la esencia del paquete se mantenga intacta, con enmiendas centradas en la flexibilidad y la aplicación práctica.

Las tres medidas diseñadas por la Comisión Europea que están sobre la mesa son:

- Un plan para introducir el ahorro de energía en toda la UE: un objetivo obligatorio del 5% durante las horas punta, cuando el gas desempeña un papel más importante en la fijación de precios, y una reducción voluntaria del 10% en la demanda global de electricidad.

- Un tope a los ingresos extraordinarios de las centrales que no utilizan gas para producir electricidad, como la solar, la eólica, la nuclear, la hidroeléctrica y el lignito. El tope será uniforme y se fijará en 180 euros por megavatio-hora. Todos los ingresos que superen la barrera serán recaudados por los gobiernos.

- Un mecanismo de solidaridad para captar parcialmente los beneficios excedentes de las empresas de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Las autoridades podrán imponer un gravamen del 33% sobre los beneficios obtenidos por estas empresas en el ejercicio fiscal de 2022, pero sólo si los beneficios representan un aumento del 20% en comparación con la media de los últimos tres años.

Los fondos adicionales obtenidos a través del segundo y tercer instrumento se redirigirán a los hogares y empresas con problemas financieros en forma de subvenciones, reducción de tarifas o ayudas a la renta. Los países que ya hayan establecido soluciones similares a nivel nacional podrán continuar con sus planes si persiguen los mismos objetivos que el paquete de la UE. Las tres medidas excepcionales están metidas en un solo texto legislativo, que debe ser aprobado por mayoría cualificada. Se espera que la luz verde se produzca el viernes por la tarde, sin mayores obstáculos.

"Los países han expresado un amplio apoyo al texto de la Comisión", ha dicho un alto funcionario de la UE, hablando bajo condición de anonimato. "Tenemos una base sólida para el debate".

Los ministros también debatirán nuevas medidas para hacer frente a la crisis energética e intercambiarán opiniones sobre las misteriosas fugas de gas que se detectaron a principios de esta semana en los gasoductos Nord Stream. Los representantes de Alemania, Suecia y Dinamarca informarán a sus homónimos de los últimos acontecimientos.

El tope de gas que falta

La iniciativa de imponer un tope de precios a todas las importaciones de gas que entren en la UE, independientemente de su origen geográfico, y a todas las transacciones de gas que se realicen en el mercado único ocupará un lugar destacado en la agenda.

La medida, sin precedentes, ha cobrado fuerza en todo el bloque y esta semana ha sido respaldada por un grupo de 15 Estados miembros, entre ellos Francia, Italia, España y Bélgica. "Este tope es la prioridad", escribieron los países en su carta conjunta, que no ofrece detalles técnicos.

Al ser el combustible más caro para satisfacer todas las demandas de energía, el gas fija el precio final de la electricidad, incluso cuando fuentes más baratas y ecológicas contribuyen al mix total. Los firmantes consideran que, al limitar los precios del gas, se contendrá artificialmente la factura de la electricidad.

La Comisión Europea sigue dudando y considera que la idea es radical y muy arriesgada, según entiende Euronews. A pesar de las crecientes demandas, el ejecutivo aún no ha presentado un proyecto legislativo que pueda ser negociado por los ministros. "Hay malestar entre los firmantes de la carta. Están cada vez más nerviosos por la falta de reacción de la Comisión", ha apuntado un alto funcionario de la UE. "Quince es un número importante".

Alemania, potencia industrial y el mayor consumidor de gas de la UE, se opone a la limitación horizontal de los precios, por temor a una interrupción del suministro. "La Comisión parece haber adoptado la sensibilidad de un país muy grande y muy rico", ha explicado un alto diplomático de uno de los países que firmó la carta.

En un documento publicado en vísperas de la reunión, la Comisión Europea ha detallado que un tope de precios a todas las importaciones de gas trastocaría las fuerzas del mercado y exigiría la creación de una nueva "entidad" que garantice una distribución justa e ininterrumpida de los suministros entre los 27 Estados miembros.

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"Decidir sobre los flujos de gas de forma administrativa no tiene precedentes en Europa y actualmente no existe ningún organismo a nivel de la UE (...) que tenga la experiencia y la capacidad técnica para llevar a cabo esta tarea", dice el documento.

En su lugar, la Comisión sugiere una limitación más específica y limitada en el tiempo del gas utilizado para producir electricidad, aunque los detalles concretos en torno a esta opción son hasta ahora escasos. "Este tope tiene que fijarse a un nivel tal que no aumente el consumo global de gas", dijo el jueves Kadri Simon, Comisaria Europeo de Energía, en un comunicado remitido a la prensa. "La señal del precio debe permanecer. ¿Por qué? Porque si se utiliza más gas, y se compra en un mercado global restringido, esto hará que los precios suban más".

El ejecutivo comunitario cree que hay que centrarse en un tope de precios exclusivamente para el gas ruso, que muchos Estados miembros ya han descartado, y en negociaciones bilaterales con los principales proveedores de la UE, como Noruega.

Un diplomático de un país que no apoya la limitación de precios ha asegurado que la medida podría incentivar el consumo de gas en un momento en el que el ahorro se ha vuelto crucial. El diplomático ha insistido en que "no estaba claro" lo que pedían los 15 países en su carta conjunta.

"Todos parecen tener una idea diferente de lo que es un tope de precios", ha explicado el funcionario. "La propuesta de la Comisión [de un tope específico] tampoco parece muy atractiva. No vamos a ser nosotros los que lo pidan".

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