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¿Cuándo se eliminará el cambio horario en la UE? Solo el tiempo lo dirá

Dan LaMoore works on a Seth Thomas Post Clock at Electric Time Company
Dan LaMoore works on a Seth Thomas Post Clock at Electric Time Company Derechos de autor AP Photo/Elise Amendola
Derechos de autor AP Photo/Elise Amendola
Por Alice Tidey
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El debate sobre si acabar o no con los cambios horarios lleva estancado desde 2019.

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Este artículo fue escrito y publicado antes del cambio de hora del 30 de octubre de 2022.

Años después de que se diera a conocer la propuesta para acabar con los cambios de hora estacionales en toda la UE, los europeos tendrán que volver a adelantar sus relojes este domingo, una práctica que parece que no va a cambiar pronto.

La Comisión Europea dio a conocer su propuesta de abolir el cambio de hora en septiembre de 2018 tras una consulta pública en la que una abrumadora mayoría de los 4,6 millones de ciudadanos europeos que participaron pidieron que se pusiera fin a esta práctica. La propuesta recibió el visto bueno de los eurodiputados en el primer semestre de 2019.

Desde entonces, nada.

"Hay un problema de ancho de banda", ha explicado a Euronews Jakop Dalunde, eurodiputado sueco (Verdes/ALE), y ponente en la sombra de la propuesta para suspender los cambios de hora estacionales.

"El sistema político no puede gestionar todas estas cosas a la vez. No quiero hablar del Brexit, pero uno de los mayores ejemplos es que ha sido muy difícil para la política británica manejar otros cambios sociales mientras se producía el Brexit. Y ahora mismo, el sistema europeo tiene que lidiar con muchas cosas", ha detallado.

Los líderes de la UE están centrados actualmente en la guerra de Rusia en Ucrania, que ha llevado los precios de la energía y los alimentos a nuevos récords, afectando duramente a los consumidores y las empresas europeas y amenazando con llevar la economía a la recesión.

Antes fue el COVID-19 y sus sucesivas e implacables olas que dejaron más de un millón de muertos sólo en la UE y laeconomía en vilo. Por tanto, el tiempo para debatir el fin de los cambios de reloj estacionales ha sido escaso.

El tiempo vuela

El horario de verano (CET), en el que los relojes se adelantan una hora a principios de la primavera y se retrasan una hora en otoño, se introdujo por primera vez en Europa en 1916, cuando Alemania, entonces todavía en guerra, intentaba reducir el consumo de carbón para poder utilizarlo en sus fábricas de armas. La mayoría de los países vecinos, así como el Reino Unido, Estados Unidos y Australia, siguieron su ejemplo.

La práctica se abandonó en su mayor parte en Europa después de la Segunda Guerra Mundial, pero se puso en marcha de nuevo en la década de 1970 debido a la crisis del petróleo, en un intento renovado de reducir la necesidad de luz artificial y, por tanto, el uso de energía.

Desde entonces, varios estudios han demostrado que su impacto en el consumo de energía es ahora insignificante, gracias en parte a los avances tecnológicos. Sin embargo, cada vez hay más pruebas de que el horario de verano tiene efectos adversos para la salud.

Por ejemplo, hay más ataques al corazón y enfermedades digestivas e inmunológicas en la semana siguiente al cambio de horario. También suele registrarse un pequeño repunte de los accidentes de tráfico.

Los efectos sobre la salud a largo plazo son la depresión, la ralentización del metabolismo, el aumento de peso y las cefaleas en racimo. Esto se debe a que nuestro "reloj social", es decir, el horario con el que funcionan nuestras sociedades, y nuestros relojes internos, que están más o menos alineados con el sol, están desajustados.

Las horas avanzan

Pero acabar con esta práctica no es fácil y requiere muchas decisiones al más alto nivel, porque el tiempo es muy político. El Benelux, Francia y España son ejemplos perfectos de ello.

Actualmente hay tres husos horarios en Europa, y la gran mayoría de los países utilizan la hora de Europa Central como estándar. Otros 10 países utilizan la hora de Europa Oriental y tres la de Europa Occidental.

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Lógicamente, la hora debería fijarse en función de los meridianos. El Reino Unido y Marruecos, por ejemplo, están alineados, pero los países europeos que se encuentran entre ellos geográficamente en los mismos meridianos, incluidos Francia, Alemania y el Benelux, están una hora por delante.

Esto se remonta a la Segunda Guerra Mundial. Cuando las tropas nazis invadieron los Países Bajos, Bélgica y Francia, exigieron que cambiaran a la hora alemana. Tras la derrota de la Alemania nazi, se consideró que el cambio de hora era demasiado perturbador.

El dictador español Francisco Franco, por su parte, adaptó su país a la hora alemana tras una reunión con Adolf Hitler.

¿Es hora de cambiar?

Ahora la cuestión vuelve a estar sobre la mesa y los países de la UE deben resolverla entre ellos, según la Comisión Europea.

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"Corresponde a los Estados miembros determinar el momento legal que desean aplicar, ya que los efectos de esta elección dependerán probablemente de la situación geográfica del país", ha explicado un funcionario de la Comisión a Euronews.

"Por lo tanto, cada Estado miembro es el mejor situado para hacer esta evaluación, teniendo en cuenta los posibles escenarios para la elección del tiempo legal permanente, sus efectos, los resultados de los diálogos nacionales y las consultas con otros Estados miembros", ha añadido.

Sin embargo, los eurodiputados quieren que "la Comisión haga esto, mire el mapa y presente una propuesta", según Dalunde, para acelerar y facilitar las negociaciones entre los Estados miembros.

La primera cuestión que se plantea a los países de la UE es la de mantener el horario estándar, es decir, el de invierno, o elegir el de verano.

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La coordinación es esencial para garantizar que los vecinos directos que comparten meridianos elijan la misma hora estándar y para, por tanto, "evitar un mosaico de husos horarios, de manera que quede más o menos ordenado de forma homogénea, que no perturbe el mercado y el comercio entre los Estados miembros", ha aclarado a Euronews Ariadna Güell, coordinadora de la Iniciativa de Uso del Tiempo de Barcelona para una Sociedad Saludable.

Retroceder los relojes

La iniciativa ha presentado su propia propuesta, según la cual los países europeos se dividirían en cuatro husos horarios diferentes, la mayoría basados en el actual horario de invierno.

"Estas cuatro zonas horarias son las que mejor alinean nuestro tiempo social, nuestro reloj, con lo que llamamos el tiempo natural, es decir, el tiempo geográficamente correcto", ha asegurado Güell.

"Éstas garantizan que cada país tenga el sol en su posición más alta al mediodía. De esta manera podemos aprovechar al máximo nuestras horas de vida. Y también porque así es la cronobiología, que es la ciencia que estudia cómo nuestro ritmo interno afecta a nuestra salud. Esto es lo que dicen que es lo mejor para nuestra salud colectiva", ha detallado. El Reino Unido, Francia, España y el Benelux estarían bajo el mismo huso horario de Europa Occidental.

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En realidad, los países de la UE de esta zona retrasarían su hora una hora respecto a la actual para mantener una hora de diferencia con una nueva zona horaria de las Azores en el oeste y la zona horaria de Europa Central en el este.

Sin embargo, España y Portugal estarían en zonas horarias diferentes, con Lisboa alineada con Islandia en la zona horaria de las Azores, lo que para Güell no supone un gran problema.

Más problemático sería, sin embargo, que la isla de Irlanda estuviera dividida en dos husos horarios diferentes. "Creo que, probablemente, Irlanda tendrá que tomar una decisión política y decidir permanecer en el mismo huso que el Reino Unido para preservar la unidad de toda la isla", reconoce Guell.

Sólo el tiempo lo dirá

Entonces, ¿cuándo se pondrá fin al cambio de hora? Para que se reanude el debate, el tema debe ser incluido en la agenda por el país que ostenta la presidencia de turno del Consejo Europeo. La última vez que se discutió el tema fue durante la presidencia finlandesa en el segundo semestre de 2019.

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"Nuestro mejor escenario sería que la próxima presidencia del Consejo lo incluyera en la agenda", ha pedido Güell.

De ser así, el horario de verano podría suprimirse en 2025, ya que probablemente sería necesario un periodo de uno a dos años tras el acuerdo para garantizar que los servicios de transporte, incluidos los trenes y los vuelos, puedan adaptar sus horarios.

Pero Suecia asumirá la presidencia semestral el 1 de enero y, según Dalunde, las posibilidades de que retome el expediente son escasas.

"Suecia es uno de los países que, en cierta medida, podría beneficiarse más, ya que es el país en el que hay un mayor cambio (entre) cómo son las cosas en invierno y cómo son en verano debido a nuestra ubicación en el globo" ha defendido Dalunde.

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"Así que no estoy seguro de que Suecia sea el candidato probable del país que impulsa esta cuestión", dijo.

Euronews se ha puesto en contacto con la representación permanente de Suecia en Bruselas para saber su opinión.

Sin embargo, el eurodiputado confía en que el cambio de hora en Europa sea cosa del pasado antes de que acabe la década.

Sólo el tiempo dirá si su predicción se cumple.

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