Las investigaciones con datos de fuentes abiertas y los canales de redes sociales como Telegram están desempeñando un papel clave en la difusión no sólo de la existencia de Maria Lvova-Belova, sino de la red de deportación de niños ucranianos a Rusia.
PUBLICIDADMaria Lvova-Belova se ha convertido en el rostro de una trama omnipresente con el Kremlin a la cabeza: la deportación de miles de niños ucranianos a Rusia en lo que Moscú presenta como una misión humanitaria y la Corte Penal Internacional califica de posibles crímenes de guerra.
Datos de fuentes abiertas y canales como Telegram están arrojando luz sobre Lvova-Belova y una estructura operativa compuesta por campos de reeducación, rutas de transporte y estrategias de deportación. Las organizaciones están trabajando para descorrer el telón de la red que hay detrás.
"Es realmente importante entender que mucha gente del gobierno ruso está gestionando esto", dijo Artem Starosiek, director general de Molfar, una comunidad de inteligencia ucraniana de código abierto que investigó a Lvova-Belova.
La red sigue una jerarquía descendente.
Las órdenes descienden de Putin a través de Lvova-Belova y los jefes de los territorios ocupados, según Karolina Hird, analista de Rusia en el Instituto de Estudios de la Guerra. Funcionarios públicos locales, trabajadores de hospitales, periodistas, personal universitario y militares se han visto implicados en informes y testimonios de primera mano. Otros organizan la logística del transporte, rellenan papeles y expiden pasaportes.
"Habla de haber recibido una profecía de un sacerdote cuando era niña"
Maria Lvova-Belova fue nombrada Comisionada Presidencial para los Derechos del Niño en 2021.
"Esto significa que ha sido nombrada por el Kremlin, por Putin", dijo Hird. "Así es como se dota de personal a este cargo".
Nació en Penza, ciudad al sureste de Moscú, en 1984. A principios de la década de 2000 trabajó como profesora de guitarra para niños. Estaba decidida a formar una familia numerosa y religiosa desde muy joven, según Tetiana Fedosiuk, redactora y analista del Centro Internacional para la Defensa y la Seguridad.
"Habla de la profecía que recibió de un sacerdote cuando era niña, según la cual sería la esposa de un sacerdote", explica Fedosiuk. "Esa es su historia curada".
Lvova-Belova se casó con Pavel Kogelman, hoy sacerdote ortodoxo ruso. Tiene al menos diez hijos, biológicos y adoptados -incluido un adolescente de Mariúpol cuya custodia asumió este verano- y ha acogido al menos a otros diez.
"En los últimos gobiernos ha habido una tendencia a elegir a mujeres más jóvenes con hijos que se presentan como muy maternales para ocupar este cargo político", dijo Hird. "Su predecesora [Anna Kuznetsova] es de la misma región y de la misma cohorte de edad".
Lvova-Belova cofundó con Kuznetsova Blagovest, una organización de apoyo a los huérfanos. Puso en marcha varias instalaciones para huérfanos y discapacitados, entre ellas el Louis Quarter, una ONG que lleva el nombre de Louis Armstrong y que actuaba como punto intermedio entre las residencias estatales y la vida independiente. Pero según Fedosiuk, aunque las iniciativas eran buenas en teoría y podían haber beneficiado realmente a la gente, los informes locales señalaban corrupción en un turbio plan que implicaba préstamos bancarios para sufragar los costes de tratamiento.
"Tal y como ella cuenta la historia, no necesitaba dinero... su marido era un informático de éxito que se ocupaba de su familia, y al ser una persona de Dios, todo encajaba", afirma Fedosiuk. "Llamara a la puerta que llamara, todo el mundo, por supuesto, le daba el dinero".
"Se ha reunido y trabaja muy estrechamente con los cuatro jefes de ocupación"
Según Hird, el papel de Lvova-Belova es en parte doméstico, ocupándose de los servicios sociales para huérfanos rusos y madres solteras. En el ámbito internacional, habla con frecuencia del traslado de niños de Ucrania, enmarcado en una misión humanitaria. Algunos niños son separados de sus familias en campos de filtración, otros son trasladados en masa desde centros de acogida. A veces, intervienen trabajadores médicos y universitarios.
"En su papel de cara a Ucrania... se ha reunido y trabaja muy estrechamente con los cuatro jefes de ocupación... para consultarles sobre cuestiones infantiles y determinar qué niños vulnerables deben ser trasladados a Rusia", dijo Hird.
Los jefes de ocupación son Yevgeny Balitsky, Denis Pushilin, Leonid Pasechnik y Vladimir Saldo (de Zaporiyia, Donetsk, Lugansk y Jersón).
Según Hird, Ramzan Kadyrov, de Chechenia, dirige una especie de subesquema que lleva a adolescentes a recibir educación patriótica militar.
"Se les enseña a manejar armas de fuego, se les da la versión rusificada de la historia chechena y de la historia rusa, y básicamente se les somete a una programación social y un adoctrinamiento muy enérgicos", explicó.
PUBLICIDADOtros niños son enviados a campos de reeducación. En los territorios ocupados, los programas escolares se han cambiado al ruso.
Un informe de la Universidad de Yale y el programa del Observatorio de Conflictos del Departamento de Estado de Estados Unidos identifica a la Comisaria de Derechos Humanos de Rusia, Tatyana Moskalkova, como una importante participante en los programas de los campos de reeducación. Sergey Kravtsov, Ministro de Educación, supervisa la actualización de los planes de estudio en los territorios ocupados.
Los militares son responsables hasta cierto punto
La red se extiende a "comisionados locales para los derechos de la infancia, departamentos de educación, departamentos de sanidad y los oficiales militares de los territorios ocupados que participan en los campos de filtración y las rutas de transporte", explicó Fedosiuk.
Hay distintas formas de introducir físicamente a los niños en Rusia, algunas de las cuales indican una implicación militar.
"La propia Lvova-Belova ha encargado de forma independiente el transporte de niños, aunque también sabemos que han llegado niños a Crimea en tren", dijo Hird. "Evaluamos que los militares son responsables hasta cierto punto de transportar a los niños o de facilitar o proteger el transporte de niños".
PUBLICIDADMolfar sugiere que Vasily Vasin, antiguo jefe del sindicato de conductores de autobuses del Donbás, podría ser el responsable del transporte desde Donetsk.
"Hay miles de personas que deben rendir cuentas"
Molfar identificó el Hospital Clínico Republicano de Tuberculosis, el Hospital Vyshnevsky, el Hospital Novoazovsk y otros como algunos de los lugares donde probablemente se retiene a los niños en Donetsk.
"Incluso las instituciones médicas están implicadas, porque así es como algunos niños son deportados de Ucrania... Los médicos rusos firman papeles para decir que necesitan tratamiento, y así es como son transportados, [bajo el pretexto de] evacuación médica", dijo Fedosiuk.
Molfar también señaló a Yulia Martovalieva, periodista de Russia Today, por trasladar personalmente a 20 niños de Mariúpol a Donetsk.
La Cruz Roja Rusa figura como socio de la campaña "En manos de los niños", dirigida por Lvova-Belova. Molfar menciona a Gulfstream, Geography of Good y LizaAlert como otros socios.
PUBLICIDAD"Hay mucha gente implicada", afirma Fedosiuk. "Hay gente que hace el papeleo, expide pasaportes, se ocupa de la logística del transporte... hay miles de personas que deben rendir cuentas hasta cierto punto".