El futuro ‘verde’ de la Glacière d'Étel

En colaboración con The European Commission
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Por Galina PolonskayaEuronews
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Étel, una localidad de la Bretaña, en Francia, es testigo de cómo su histórico legado revive. Antaño hubo en el municipio un gran puerto pesquero, y el edificio de la Glacière, la antigua fábrica de hielo, es el símbolo de esa época.

Étel, una localidad de la Bretaña, en Francia, es testigo de cómo su histórico legado revive. Antaño hubo en el municipio un gran puerto pesquero, y el edificio de la Glacière, la antigua fábrica de hielo, es el símbolo de esa época. La edificación ha sido restaurada para aunar la historia y el futuro de la energía verde.

"Así era el edificio en 1960", señala Étienne Pigeon, teniente de alcalde de Étel, mostrando una foto antigua de la Glaciére d'Étel. 

"Tras la restauración del edificio, quisimos conservar todo este aspecto: las bóvedas dobles, el balcón, que también era importante y que permitía cargar el hielo... todos los accesos, todas las puertas, se mantuvieron", añade Étienne Pigeon.

Construida en 1946, la Glacière d'Étel producía hielo para el puerto local. Más tarde, el edificio quedó abandonado y dañado. Las autoridades locales lo compraron para restaurarlo.

"Es la última fábrica de hielo de Morbihan, en Bretaña. Hasta los años 50 había unas 250 embarcaciones que salían a pescar, sobre todo atún. Había que conservar este atún, claro, y se necesitaba hielo. Así que, sin este edificio no habría habido pesca. El objetivo principal del proyecto es acoger al público. La gente está ligada al edificio, lo conocen, vienen de todo el departamento para verlo", señala Pigeon.

La Glacière ya acoge exposiciones. Esta muestra está dedicada a la ‘Energía Marina en Bretaña’. El uso de la energía verde es el elemento clave del renovado edificio. Se han implantado varias tecnologías. Una plataforma mareomotriz y una bomba de calor aportarán al edificio la energía del mar.

"Vamos a utilizar todas las fuentes de energía que podamos encontrar aquí, en los alrededores. En primer lugar, el mar. Utilizaremos dos cosas del agua de mar: la capacidad de la corriente para hacer girar la hélice de la turbina de la plataforma, para producir electricidad, y también, usaremos la calidad del agua de mar y su temperatura, relativamente constante a lo largo del año, para una bomba de calor de agua de mar que nos permitirá recuperar las calorías para calentar el edificio. El principio de la bomba de calor es la refrigeración inversa", afirma Aurélien Bertin, cofundador de Valoen y asesor del proyecto energético de la Glacière d'Étel.

Para obtener la energía del sol, el tejado curvo está cubierto por innovadores paneles solares biodegradables, y flexibles, diseñados en Nantes. El excedente de energía verde se compartirá con los edificios municipales locales. El proyecto energético Glacière ha recibido alrededor de 165 500 euros de financiación europea. 

La pescadería ‘Viviers du Pradic’ y los estanques de peces en la parte trasera de la Glacière nos devuelven a los tiempos en que este lugar estaba lleno de hielo. Así, la historia del edificio continúa.

"Étel era un símbolo hace 50 años. Era un pueblo con historia en torno al pescado. Y, para mí, era importante estar en un lugar con tradición y poder escribir una página de la historia, a mi manera", señala Jean-Charles Rimbault, gerente de ‘Viviers du Pradic’.

La inauguración de la renovada Glacière d'Étel, destinada a convertirse en una ‘puerta de entrada’ a la pintoresca región, está prevista para 2025.

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