Ylva Johansson, comisaria europea de Asuntos de Interior, ha escrito una carta al gobierno polaco pidiéndole "aclaraciones" sobre la espiral del escándalo de los visados a cambio de dinero.
PUBLICIDAD"Estas alegaciones son muy preocupantes y plantean dudas sobre el cumplimiento de la legislación de la UE", ha declarado un portavoz de la Comisión Europea este miércoles al mediodía. La carta de Johansson, que no se ha hecho pública, contiene un "conjunto de preguntas detalladas" y una petición de respuesta antes del 3 de octubre.
"Contamos con las autoridades polacas para que proporcionen la información necesaria a la Comisión e investiguen estas acusaciones", ha dicho el portavoz.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia y su red de consulados están acusados de poner en marcha una trama ilegal generalizada mediante la cual inmigrantes procedentes de África y Asia pagaban enormes sumas de dinero para obtener un visado por la vía rápida.
Dado que Polonia es miembro del espacio de libre circulación Schengen, un visado expedido por el país concede a sus titulares libre acceso a 27 Estados de toda Europa, incluidos Suiza e Islandia.
Alemania, país fronterizo con Polonia, también ha pedido explicaciones oficiales sobre el asunto.
Según información aparecida en la prensa polaca desde 2021 se han expedido unos 250.000 visados a cambio de sobornos, que cuestan miles de dólares cada uno. El viaje a Polonia se consideraba un paso intermedio antes de entrar en Estados Unidos, el destino deseado.
En un caso revelado por el portal de noticias Onet, un grupo de personas procedentes de Índia pagó hasta 40.000 dólares por visados y fingió trabajar en una película de Bollywood para volar a Polonia y llegar después a Estados Unidos. También se cree que ciudadanos de Hong Kong, Taiwán, Arabia Saudí, Singapur, Filipinas, Qatar y Emiratos Árabes Unidos pagaron tasas infladas.
El partido gobernante, Ley y Justicia (PiS), ha admitido la existencia de irregularidades, pero insiste en que la magnitud del problema es mucho menor de lo que sugieren los medios de comunicación. El Gobierno ha puesto en marcha una auditoría de todos los consulados en el extranjero, ha despedido a varios funcionarios del Ministerio de Asuntos Exteriores y ha rescindido los contratos de los servicios externos que gestionaban las solicitudes de visado.
Piotr Wawrzyk, viceministro de Asuntos Exteriores encargado de asuntos consulares, fue destituido y posteriormente hospitalizado tras, al parecer, intentar suicidarse. Mientras tanto, el fiscal del Estado ha imputado a siete personas bajo sospecha de corrupción y participación en el plan de visados rápidos.
El escándalo ha sorprendido al país y ha desatado un frenesí mediático un mes antes de que los votantes acudan a las urnas en unas elecciones parlamentarias muy vigiladas.
La cascada de acusaciones amenaza con empañar la imagen pública del primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, que se ha apoyado en gran medida en sus duras políticas migratorias como parte de su campaña de reelección.
El líder de la oposición, Donald Tusk, ha dicho que la presunta célula corrupta es "probablemente el mayor escándalo del siglo XXI en Polonia".