El nuevo Gobierno de Países Bajos ha jurado su cargo más de siete meses después de unas elecciones en las que se impuso un partido de extrema derecha con una dura retórica antiislámica. En las calles de Ámsterdam, la toma de posesión ha sido recibida con incertidumbre.
PUBLICIDADPor primera vez en 14 años, Países Bajos tiene un nuevo primer ministro. El Rey Guillermo Alejandro tomó juramento este martes al nuevo Gobierno. Dick Schoof fue investido formalmente junto a otros 15 ministros que forman la coalición conservadora del país, con un fuerte peso de la extrema derecha, que se hace con cinco ministerios.
El camino hacia el poder ha sido largo y difícil, con enormes disputas políticas entre los cuatro partidos de la coalición. Schoof fue la quinta persona a la que se propuso el cargo de primer ministro, después de que la oposición de otros socios de la coalición impidiera asumirlo al controvertido líder ultraderechista Geert Wilders.
En las calles de Ámsterdam, la toma de posesión del nuevo Gobierno ha sido recibida con incertidumbre.
Marike van der Velden, profesora adjunta de Comunicación Política en la Universidad Libre de Ámsterdam, declaró: "La gente está entusiasmada porque hay un gabinete tras 221 días de negociaciones, pero al mismo tiempo hay un poco de incertidumbre en torno a este gabinete, ya que se basa en un marco de seis páginas que se desarrollará durante el verano y solo entonces se sabrá qué harán estos ministros en términos de políticas para los Países Bajos en los próximos cuatro años".
También preocupa cuánto tiempo se mantendrá en el poder este Gobierno de coalición, con un líder tecnócrata que muchos consideran en deuda con Geert Wilders y tres partidos que se incorporan al gabinete por primera vez.
Retórica antiislámica
La nueva coalición ha recibido críticas por su retórica antiislámica y antiinmigración. El acuerdo formal por el que se crea la nueva coalición, titulado "Esperanza, valor y orgullo", introduce medidas estrictas sobre los solicitantes de asilo, suprime la reagrupación familiar de los refugiados y pretende reducir el número de estudiantes internacionales que estudian en el país.
Un grupo de manifestantes se concentró en el palacio Huis ten Bosch durante la ceremonia de investidura. Sin embargo, los sondeos muestran que el 42% de los neerlandeses confía en el Gobierno, frente al 29% de hace dos años. El nuevo Ejecutivo presentará todos sus planes y presupuesto en septiembre.