Es una iniciativa del zoológico de Sofía (Bulgaria) para paliar las consecuencias de la ola de calor que atraviesa Europa.
Tony, el oso pardo que vive en el zoo de Sofía (Bulgaria), recibe golosinas consistentes en grandes cubitos de hielo que contienen fruta y carne congeladas. De esta forma evita sofocarse ante las altas temperaturas.
Su cuidador esconde el helado en un lugar distinto cada día para que no le sea fácil encontrarlo. Es un juego, así tiene que buscar el premio. El oso, de 12 años, siempre acaba encontrándolo.
Simulan sus hábitat natural
Con este método, el cuidador del zoológico intenta imitar en lo posible el comportamiento de los animales en la naturaleza, donde tendría que esforzarse para encontrar alimento.
"No hay que encerrarlos, sino proporcionarles métodos diferentes y formas de moverse para que busquen la comida, siempre variada", afirma la responsable de alimentación animal, Anita Tsvetanova.
El zoo de Sofía alberga más de 2.500 animales y el helado les ayuda a sobrellevar el calor búlgaro.