Los sospechosos se enfrentan a cargos por poner en peligro la seguridad pública y prácticas de construcción inadecuadas, con posibles penas de prisión de hasta 12 años.
El fiscal general de Serbia anunció el lunes que 13 personas, entre ellas un exministro, han sido acusadas por el derrumbe de una marquesina de hormigón que se cobró 15 vidas el mes pasado y desencadenó semanas de manifestaciones masivas contra el Gobierno. Los sospechosos, imputados en la ciudad septentrional de Novi Sad, donde se produjo el incidente el 1 de noviembre, se enfrentan a acusaciones de delitos graves contra la seguridad pública y ejecución irregular de obras de construcción.
Si son declarados culpables, podrían enfrentarse a penas de prisión de hasta 12 años. La marquesina derrumbada formaba parte de un edificio de la estación de ferrocarril que había sido objeto de dos renovaciones recientes en el marco de un acuerdo de infraestructuras con empresas chinas. La indignación pública se ha centrado en las acusaciones de corrupción y prácticas de construcción deficientes, que muchos creen que han contribuido al mortal incidente.
En un primer momento se informó de la muerte de 14 personas y de que tres habían resultado heridas. La tragedia ha desatado una ira generalizada, alimentando las protestas callejeras contra el presidente populista Aleksandar Vučić y su Administración.
La acusación debe ahora ser validada por un tribunal antes de que el proceso pueda seguir adelante. Los fiscales de Novi Sad también han solicitado que se detenga a los acusados durante el juicio. Entre los acusados se encuentra el exministro de Construcción Goran Vesić, así como funcionarios y contratistas que participaron en la renovación de la estación.
Vesić fue detenido anteriormente, pero posteriormente puesto en libertad, lo que suscitó escepticismo sobre la integridad de la investigación y la independencia del poder judicial serbio. Sigue sin estar claro cuándo podría comenzar el juicio. Las protestas callejeras en curso y una huelga de estudiantes universitarios han supuesto un desafío para el control del poder por parte de Vučić. Aunque el líder serbio aboga abiertamente por la adhesión a la Unión Europea, se enfrenta a crecientes acusaciones de socavar las libertades democráticas en lugar de promoverlas.