Dos ministros del Gobierno francés y un antiguo jefe del Ejecutivo se pronuncian en los cada vez más acalorados intercambios entre París y Argel.
El ministro francés del Interior, Bruno Retailleau, acusó el viernes a Argelia de "tratar de humillar a Francia" después de que este país del norte de África se negara a acoger a uno de sus nacionales en proceso de expulsión.
Naâman Boualem, más conocido como 'Doualemn' o 'Boualem Dz', creador de contenido en TikTok argelino de 59 años, fue detenido en Montpellier el domingo pasado por incitación a la violencia en vídeos que publicó en las redes sociales.
Los Servicios de Inmigración franceses lo deportaron en un vuelo a Argel el jueves, pero Argelia se negó a admitirlo, alegando que le estaba prohibido entrar en su territorio. Finalmente fue devuelto a Francia en la tarde, dijo el ministerio del Interior francés.
Más casos similares
En los últimos días, la Policía francesa ha detenido a otros cuatro ciudadanos argelinos, descritos por las autoridades como 'influencers' en las redes sociales, acusados de haber publicado vídeos que incitaban a la violencia.
Esto ha creado un contexto de relaciones tensas. "Quiero expresar mi asombro", dijo Retailleau el viernes. "Hemos alcanzado con Argelia un umbral extremadamente preocupante. Argelia busca humillar a Francia".
"Se trata de un nuevo acto de agresión... Debemos examinar todos los medios de represalia de que disponemos", insistió en ministro francés, pensando, por ejemplo, en la “palanca” de la ayuda al desarrollo o la reducción de visados para los países “que no apliquen la reciprocidad”.
Bruno Retailleau invocó directamente la responsabilidad del jefe del Estado: "Todo esto debe ser estudiado al más alto nivel, por el Gobierno y por el presidente", continuó el ocupante de la plaza Beauvau, según el cual Emmanuel Macron "señaló claramente la responsabilidad de Argelia" en la Conferencia de Embajadores.
Las posibles represalias desde París
Francia no tendrá "más remedio que tomar represalias" si "los argelinos continúan con esta actitud de escalada", declaró el ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noël Barrot.
Entre "las palancas que podríamos activar" se encuentran "los visados (...), la ayuda al desarrollo" y "una serie de otros ámbitos de cooperación", explicó detalladamente Barrot en LCI, declarándose "estupefacto" por el hecho de que las autoridades argelinas se hayan "negado a recuperar a uno de sus nacionales", cuyo caso está ahora "ante los tribunales" franceses.
En cuanto al ex primer ministro francés Gabriel Attal, en un artículo para 'Le Figaro' considera que Francia debe "poner límites y asumir el equilibrio de poder", en particular denunciando el acuerdo franco-argelino de 1968, que prevé ventajas específicas para los inmigrantes argelinos. "Aunque cada vez es más criticado, ningún Gobierno ha sido capaz hasta la fecha de renegociar su contenido con Argel", señala este periódico de derecha y centro-derecha en otro artículo.
"Es hora de acabar con los juicios por culpabilidad y el alquiler de la memoria... Es una cuestión de respeto a Francia", subraya Attal, al tiempo que saluda “una oportunidad histórica para establecer una relación normal y desapasionada”: “Así que aprovechémosla para abrir una nueva página en nuestras relaciones con Argelia, basada en el respeto mutuo”, escribe Attal.
El asunto de Boualem Sansal y los 'influencers'
El caso de los 'influencers', denunciado en Argel como "una polémica más" y un "chantaje de los franceses", representa otro punto de inflexión -de hecho, otro más- en la espiral descendente de las relaciones franco-argelinas.
Los intercambios entre París y Argel, nunca muy fáciles, se deterioraron especialmente tras la detención, el 16 de noviembre, y encarcelamiento "sin ningún tipo de juicio", según sus partidarios, del escritor francoargelino Boualem Sansal. Este crítico virulento del Gobierno argelino, de 80 años, está acusado de "atentar contra la integridad del territorio nacional".
La pena máxima, prevista en el artículo 87 bis del Código Penal argelino, que persigue los actos "terroristas o subversivos", es la pena de muerte, aunque debido a la moratoria de facto argelina, se conmuta sistemáticamente por cadena perpetua.
Más tensión tras la condena de Macron y reacciones en Francia
Como era de esperar, la declaración de Emmanuel Macron de que Argelia se ha "deshonrado a sí misma" en el asunto Boualem Sansal está teniendo dificultades para llegar al otro lado del Mediterráneo. Los diplomáticos argelinos condenaron las declaraciones realizadas en la Conferencia de Embajadores del lunes 6 de enero, calificándolas de "injerencia desvergonzada e inaceptable en un asunto interno argelino".
Numerosas personas condenan en Francia el deterioro de la salud de Sansal durante su detención y el hecho de que, tras dos meses detenido, todavía no haya recibido la visita de su abogado francés.
Sin embargo, poco después de la detención de Sansal, Argel respondió a través de su agencia de prensa a las preocupaciones francesas sobre el caso, afirmando que París estaba siendo violada por un grupo de presión "anti-argelino" y "pro-sionista". La agencia de prensa pública del país, Algérie Presse Service, informó el viernes 22 de noviembre de que "la Francia macronita-sionista (...) se siente ofendida por la detención de Sansal".
Este caso se suma a la lista cada vez más larga de puntos de fricción entre la antigua metrópoli y su antigua colonia, que se liberó del yugo de París en 1962 tras una brutal guerra.
El apoyo de Emmanuel Macron a la solución marroquí de un plan de autonomía para el Sáhara Occidental, así como la falta de simetría en materia de visados o la frecuente política de las autoridades argelinas de suspender el regreso de los nacionales argelinos a los que se ha expedido una OQTF (obligación de abandonar el territorio francés), se suman a un sinfín de contenciosos comerciales, sin olvidar la espinosa cuestión del doloroso pasado colonial.