Fuerzas belgas y neerlandesas llevan a cabo operaciones de vigilancia en el mar Báltico como parte de una misión de la OTAN para vigilar a Rusia y proteger los cables submarinos en medio de las tensiones geopolíticas.
Un grupo de la OTAN liderado por Bélgica patrulla actualmente en el mar Báltico, cerca de Estonia, tras una serie de incidentes de sabotaje en las aguas estratégicas. El Báltico ha estado en el centro de las tensiones geopolíticas, especialmente desde el comienzo de la invasión rusa a gran escala de Ucrania. También es una zona de importancia para la OTAN, sobre todo por la presencia de numerosos cables submarinos de telecomunicaciones. Éstos se ven amenazados regularmente por buques sospechosos de tener vínculos con la 'flota fantasma' rusa.
La OTAN declaró en enero que aumentaría su presencia militar y su innovación tecnológica en el mar Báltico para proteger las infraestructuras críticas de los sabotajes, según declaró el jefe de la alianza transatlántica en una cumbre celebrada en Helsinki. Salvaguardar las infraestructuras "es de la máxima importancia", dijo a la prensa el secretario general, Mark Rutte, citando la energía de los oleoductos y el 95% del tráfico de internet que se asegura a través de cables submarinos.
Esto se produce tras los daños sufridos por un cable entre Lituania y Suecia, otro entre Alemania y Finlandia, y otros entre Estonia y Finlandia. Las investigaciones están en curso, pero el secretario general de la OTAN cree que hay motivos para estar muy preocupados. "Hemos visto elementos de una campaña para desestabilizar nuestras sociedades mediante ciberataques, intentos de asesinato y sabotaje", declaró Rutte, con Rusia como presunta culpable.
La OTAN incrementa la vigilancia
En respuesta, la OTAN está aumentando la vigilancia mediante una pequeña flota de drones marítimos, mientras que en una operación de vigilancia reforzada denominada 'Centinela del Báltico' participan fragatas y aviones de patrulla marítima. "Responderemos con decisión cuando las infraestructuras críticas de nuestra vecindad estén en peligro. Protegerlas requiere una acción tanto nacional como internacional", declaró el presidente finlandés, Alexander Stubb.
Los líderes de los países de la OTAN de la región del Báltico también se comprometieron a impulsar una aplicación enérgica de la ley, especialmente en lo que respecta a la "flota fantasma" rusa de petroleros utilizada por Moscú para eludir las sanciones occidentales sobre la venta de petróleo. Estos viejos buques, a menudo de propiedad desconocida, operan habitualmente sin un seguro regulado por Occidente.