Los países de la región han estado en alerta tras una serie de incidentes con cables submarinos y gasoductos en el mar Báltico desde 2022.
La responsable de Política Exterior de la UE ha declarado que el bloque está preparando sanciones contra lo que denomina la "flota en la sombra" de Rusia, después de que un cable eléctrico submarino que conecta Finlandia y Estonia resultara dañado en el mar Báltico.
Kaja Kallas publicó en X la declaración conjunta de la Comisión Europea y la Alta Representante que dirige la investigación, en la que se afirma que el "buque sospechoso forma parte de la flota rusa en la sombra, que amenaza la seguridad y el medio ambiente, al tiempo que financia el presupuesto de guerra de Rusia". Kallas también declaró que la UE estaba redoblando sus esfuerzos para proteger los cables submarinos, y añadió que no había riesgo para el suministro eléctrico regional.
Esto se produce después de que las autoridades finlandesas detuvieran un barco ruso en el marco de una investigación sobre los daños sufridos por el cable eléctrico Estlink-2, que transporta electricidad de Finlandia a Estonia. Este cable, que transporta electricidad de Finlandia a Estonia a través del mar Báltico, se averió el miércoles.
La Policía y la Guardia de fronteras finlandesas abordaron el jueves el buque Eagle S y tomaron el control del puente de mando, según declaró en rueda de prensa el jefe de la Policía de Helsinki, Jari Liukku. El buque estaba retenido en aguas territoriales finlandesas, según la Policía.
El Eagle S tiene bandera de las Islas Cook, pero los funcionarios de aduanas finlandeses y la comisión ejecutiva de la Unión Europea lo describen como parte de la flota rusa de petroleros en la sombra.
Se trata de buques viejos de propiedad desconocida, adquiridos para eludir las sanciones occidentales y que operan sin seguros regulados por Occidente. El uso de estos buques por parte de Rusia ha suscitado preocupación por los posibles accidentes, dada su antigüedad y la incertidumbre sobre la cobertura de los seguros. Se sospecha que el ancla del Eagle S causó daños al cable, informó la televisión 'Yle', citando declaraciones de la Policía. El Gobierno estonio se reunió de urgencia por el incidente.
Los petroleros fantasma "están ayudando a Rusia a obtener fondos que contribuirán a los ataques híbridos rusos", declaró la primera ministra Kristen Michal en rueda de prensa. "Tenemos que mejorar la vigilancia y protección de las infraestructuras críticas tanto en tierra como en el mar".
Dijo que las reparaciones del cable podrían llevar hasta siete meses. "Los repetidos daños a las infraestructuras del Mar Báltico son señal de una amenaza sistémica, no de meros accidentes", declaró el presidente de Estonia, Alar Karis, en X. "Estonia tomará medidas para contrarrestar esta amenaza, junto con Finlandia y otros aliados de la OTAN".
En alerta máxima
Los países de la región han estado en alerta tras una serie de incidentes con cables submarinos y gasoductos en el mar Báltico desde 2022. En noviembre se cortaron dos cables de datos, uno entre Finlandia y Alemania y otro entre Lituania y Suecia.
El ministro de Defensa alemán dijo que las autoridades tenían que asumir que el incidente había sido un "sabotaje", pero no aportó pruebas ni dijo quién podría haber sido el responsable.
Y los gasoductos Nord Stream, que antes llevaban gas natural de Rusia a Alemania, resultaron dañados por explosiones submarinas en septiembre de 2022. Las autoridades han dicho que la causa fue un sabotaje y han iniciado investigaciones penales.