¿Cómo seguir viajando sin masificar los destinos más atractivos? En este episodio de Smart Regions, viajamos a Transilvania para descubrir iniciativas turísticas innovadoras, como las experiencias gastronómicas en casa de locales en zonas rurales.
¿A quién no le gusta viajar? Visitamos el famoso Castillo del Conde Drácula en Transilvania. Este destino es uno de los enclaves más visitados de Rumanía, atrae a alrededor de un millón de turistas al año. Viajar es una pasión, pero el turismo también plantea grandes retos.
La mayoría de los turistas quieren conocer los lugares más emblemáticos. ¿Cómo redistribuir el turismo? "Nos gustaría influir en el comportamiento de los turistas pero no es fácil", explica Eugenio Van Maanen, investigador en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Breda y líder del proyecto europeo "Tourism in Balance". "¿Cómo podemos incentivarlos para descubrir destinos alternativos, que estén menos concurridos pero que también ofrezcan experiencias fascinantes?", se pregunta Van Maanen.
Es la pregunta que intenta responder el proyecto europeo "Tourism in Balance", cofinanciado por el programa Interreg Europe y que se puso en marcha en 2023 con el fin de repensar el sector turístico.
Desde entonces, seis ciudades y regiones europeas - Roma, Ámsterdam, Sevilla, Tallin, Cracovia y Brașov -, bajo el liderazgo de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Breda comparten conocimientos, estrategias y buenas prácticas para mejorar la calidad del turismo.
"El objetivo principal del proyecto es ayudar a los socios a mejorar las estrategias y políticas para superar el problema de la masificación turística. ¿Cómo? Distribuyendo a los turistas en el espacio y el tiempo", explica Van Maanen.
Los socios se reúnen estos días en Brașov, en el corazón de Transilvania. Esta ciudad, con un nuevo aeropuerto, tiene un gran potencial turístico. Aunque no sufre aún la masificación, tiene todo los ingredientes para convertirse en una ciudad saturada.
Las instituciones de Brașov quieren aprender de los retos que ya enfrentan sus socios de proyecto como Ámsterdam, Roma o Sevilla, para prevenir. "Nuestro objetivo es el desarrollo sostenible de toda la zona metropolitana, incluyendo áreas urbanas y rurales. Si conseguimos desviar el flujo turístico de las zonas más masificadas a otras menos visitadas se beneficiaría toda la comunidad", nos cuenta Alina Nicoară, subdirectora de la Agencia Metropolitana de Brașov.
Esta agencia ha puesto en marcha una de las iniciativas estrella de la región para redistribuir el turismo: el programa gastro-local. Los habitantes de las zonas rurales, como el pueblo de Vama Buzăului, situado cerca de la reserva natural de Valea Zimbrilor, abren sus hogares para ofrecer comidas caseras a los visitantes por un precio fijo de 16 euros.
Gastro local es una asociación de habitantes de este pueblo que "se puso en marcha en la ciudad porque aquí no había restaurantes aquí", nos explica Alina Tonie, cocinera de este programa.
De su cocina sale un aroma irresistible. Alina, y el resto de locales que cuentan con un punto gastro-local, sirven comida exquisita a base de productos locales.
Las condiciones de este programa, aparte del precio fijo por menú sin bebidas, es que las cocinas deben pasar controles sanitarios de las autoridades. Y además, el 70% de los productos deben ser de origen local. Alina nos cuenta que la mayoría de productos son orgánicos, están elaborados por los productores de su localidad.
"Lo que ofrecemos a los turistas es lo que comemos en la familia", asegura Alina. Esto nos asegura una experiencia gastronómica única, que además beneficia a turistas, residentes y productores locales. Si visitan Transilvania, desde luego, esta es una oportunidad excepcional para descubrir la región lejos de la masificación turística.