Las recientes incursiones de drones rusos en varios países europeos han revelado vulnerabilidades en la Defensa europea. Expertos advierten de que las capacidades actuales son "preocupantemente deficientes" y que la Unión Europea debe invertir en nuevas tecnologías.
Una "guerra de drones": así describen algunos observadores el conflicto en Ucrania. Pero estos aparatos ya no se limitan al territorio ucraniano. En las últimas semanas, se han multiplicado los incidentes de incursiones —supuestamente rusas— en territorio de la Unión Europea, alimentando la preocupación y las especulaciones sobre su origen y las posibles consecuencias para el futuro del conflicto a las puertas del bloque.
'Euronews' ha investigado estos sucesos para entender qué implican para Europa y su seguridad.
Incidentes en distintos países europeos
Septiembre estuvo marcado por una oleada de incursiones y violaciones del espacio aéreo europeo por parte de objetos voladores no identificados. El 9 de septiembre, 19 drones rusos atravesaron el espacio aéreo polaco; cuatro fueron interceptados. Unos días más tarde, aeronaves similares fueron detectadas en Rumanía, mientras que la semana pasada, varios aeropuertos daneses y el de Oslo tuvieron que suspender operaciones tras la presencia de drones en las inmediaciones.
Según Robert Garbett, fundador y director ejecutivo de Drone Major Group, todo apunta a que se trataba de drones de corto alcance: "Es probable que los drones utilizados en este ataque fueran sistemas híbridos VTOL debido exclusivamente a la longitud de la incursión. Por lo general, los sistemas de alas giratorias solo pueden funcionar durante una hora, a menos que funcionen con hidrógeno o petróleo", lo que indicaría que los aparatos fueron operados desde zonas próximas a las incursiones.
Aunque en ninguno de los casos se produjeron ataques, Garbett advierte que estas intrusiones siempre representan un riesgo: "Podrían transportar artefactos explosivos para ser liberados o detonados mediante una acción kamikaze. Estas incursiones podrían perturbar y dañar nuestras economías, recopilar datos sobre nuestra Infraestructura Nacional Crítica (INC) y sembrar el miedo y la división entre las poblaciones occidentales".
En Francia, durante la noche del 21 al 22 de septiembre, varios drones sobrevolaron una base militar. Por ahora, se desconoce si los operadores eran agentes hostiles o simples aficionados curiosos.
Un origen difícil de probar
La ambigüedad es precisamente lo que hace tan complejos estos incidentes. Christophe Gomart, eurodiputado francés y exdirector nacional de Inteligencia Militar, planteó tres posibles explicaciones: "Interferencias que hacen perder el control a los drones, provocaciones deliberadas destinadas a poner a prueba las reacciones o intentos de evaluar las capacidades defensivas de Polonia, Rumanía y, por extensión, de la UE y la OTAN".
Para Michel Liégeois, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Lovaina, la confusión en torno al origen de los drones tiene un claro trasfondo estratégico: huele a maniobra rusa. "La guerra híbrida pretende desestabilizar a los países europeos y perturbar infraestructuras clave, como el transporte público. La ralentización del tráfico aéreo provoca pérdidas económicas y alimenta la frustración ciudadana", afirmó.
No obstante, advirtió contra conclusiones apresuradas: no todos los incidentes pueden atribuirse directamente a Moscú, aunque la frecuencia de los mismos sugiere un patrón de desestabilización deliberada. Hasta ahora, se ha confirmado que los drones detectados en Polonia y Estonia eran de origen ruso. En cambio, los observados en Dinamarca y Noruega siguen bajo investigación.
"Las violaciones del espacio aéreo polaco y las perturbaciones en los aeropuertos daneses fueron acciones deliberadas y coordinadas", aseguró con más contundencia la eurodiputada estonia Riho Terras, vicepresidenta de la Comisión de Seguridad y Defensa del Parlamento Europeo. Sin embargo, reconoció que las pruebas definitivas son difíciles de obtener, un patrón habitual en la región báltica, donde las sospechas de sabotaje ruso suelen quedar sin demostrarse.
El general Gomart añadió que el firme apoyo de Dinamarca a Ucrania podría convertirla en un objetivo, aunque no descartó otros factores: "Algunos de los llamados 'idiotas útiles' podrían lanzar sus propios drones, lo que no hace sino aumentar los temores legítimos".
Para Liégeois, la incertidumbre misma es parte del plan: "La falta de claridad sobre los motivos y los autores magnifica la ansiedad pública". Rusia, por su parte, ha negado cualquier implicación. Pero varios expertos coinciden en que tiene mucho que ganar.
¿Mensajes políticos más que objetivos militares?
El eurodiputado italiano Salvatore De Meo considera que el presidente Putin está "probando las reacciones de los países de la UE y de Occidente en general. No creo que haya objetivos militares específicos, sino más bien mensajes políticos. No creo que Putin desee desencadenar una tercera guerra mundial".
A pesar de estas provocaciones, los europeos han mostrado una cohesión inesperada, destacó Michel Liégeois. Según el profesor belga, Rusia se vio sorprendida por la unidad y la rapidez de reacción de la UE desde el inicio de la guerra en Ucrania.
En la misma línea, Duquesne advirtió de que el desafío va más allá del aspecto militar: "Las incursiones de drones en Europa demuestran que las sociedades civiles son ahora objetivos por derecho propio. El reto no es solo neutralizar una amenaza técnica, sino preservar la confianza y la sensación de seguridad de los ciudadanos".
¿Está preparada la UE para más incursiones de drones?
A la eurodiputada estonia Riho Terras le preocupa la preparación de la Unión Europea. "Las defensas de Europa contra los drones en tiempos de paz son preocupantemente deficientes", afirmó. "Los países del flanco oriental no estaban preparados para responder a las provocaciones de bajo coste con las herramientas adecuadas. No podemos permitirnos contrarrestar los drones baratos con misiles o aviones caros".
Algunos países, como Francia, han mostrado capacidad de defensa, en particular con el sistema antidrones desplegado durante el verano de 2024 para los Juegos Olímpicos. Sin embargo, este tipo de medidas siguen siendo excepcionales.
Existen marcadas diferencias entre los Estados miembros: mientras algunos disponen de sistemas antidrones avanzados, otros dependen de una vigilancia limitada. También la percepción de la amenaza varía dentro del bloque: los países del Este identifican a Rusia como el principal riesgo, mientras que en el Sur las prioridades se centran en cuestiones como la inmigración irregular.
El general y legislador Christophe Gomart subrayó que Europa debe "desarrollar primero su músculo antes de mostrarlo". Y añadió: "Actualmente, Europa no está especialmente en forma". Recalcó además la necesidad de invertir en nuevas tecnologías, como armas láser capaces de neutralizar drones sin poner en peligro a la población civil.
El "muro de los drones" de la UE
La semana pasada, la Comisión Europea presentó la propuesta de un "muro de drones", una red de detección y respuesta a lo largo del flanco oriental de la Unión Europea. El sistema estaría diseñado para identificar y neutralizar los drones sospechosos que penetraran en el espacio comunitario.
La iniciativa agrupa a diez Estados miembros: Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Finlandia. También participa Ucrania, país con las capacidades más avanzadas en el ámbito de los drones.
El eurodiputado Riho Terras comparó el proyecto con la Cúpula de Hierro israelí, reconocida por su eficacia contra los ataques aéreos. No obstante, instó al resto de los socios europeos a sumarse y compartir la carga, consciente de que las prioridades de seguridad difieren entre países.
La propuesta, sin embargo, ha sido recibida con reservas en algunos Estados occidentales. El italiano Salvatore De Meo declaró a 'Euronews': "Sigue siendo una línea política en evolución y todavía no es un sistema operativo plenamente desplegado". Por su parte, el general francés Christophe Gomart advirtió sobre la metáfora del muro: "Un muro siempre puede ser burlado. Nunca dura para siempre".
En esa misma línea, Michel Liégeois recordó que las medidas de protección no deberían limitarse a la defensa fronteriza: también deben contemplar las amenazas que pueden surgir dentro del territorio de la UE.
La unidad como última defensa
De cara al futuro, Farah Duquesne Weber, de la agencia bruselense Sierra Tango, subrayó que el reto no es solo militar, sino también social. "Cada incursión es una prueba para la cohesión de Europa. Estas acciones buscan dividir a la opinión pública y alimentar la ansiedad. La unidad es la defensa más eficaz".
Una visión compartida por el portavoz de la Comisión Europea, Thomas Regnier, quien advirtió: "Construir un muro con agujeros no funcionará. Necesitamos un escudo que se extienda de norte a sur", declaró durante una rueda de prensa.
Está previsto que los jefes de Estado y de Gobierno debatan la implantación del "muro de drones" en la cumbre informal del miércoles en Copenhague. El hecho de que esa reunión vaya a celebrarse bajo una prohibición de vuelos de drones impuesta en Dinamarca y con un despliegue especial de medidas de seguridad coordinadas por varios ejércitos europeos refleja tanto la urgencia como la gravedad del debate.