MADRID, 21 sep - La recuperación económica de España ha ido cogiendo ritmo en el tercer trimestre, lo que ha llevado a una de las principales organizaciones internacionales y al Banco de España a mejorar sus previsiones el martes, mientras que el Gobierno español esperaba volver a los niveles de actividad anteriores a la pandemia a finales de 2021.
España, uno de los países más afectados por la primera oleada de la pandemia en 2020, sufrió un desplome histórico del 10,8% de su PIB, pero la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dijo el martes que debería ser la cuarta economía del grupo que más crezca en 2021, con una expansión del 6,8%.
El Banco de España también elevó ligeramente su previsión de crecimiento para 2021, hasta el 6,3%, aunque dijo que siguen existiendo incertidumbres asociadas a la pandemia.
El banco central dijo que no esperaba que la actividad recuperara los niveles previos a la pandemia hasta 2022, enfriando el optimismo del Gobierno español, que apuesta fuertemente por el efecto de estímulo de los fondos de recuperación de la Unión Europea.
En una rueda de prensa, la ministra de Asuntos Económicos Nadia Calviño mantuvo los objetivos de crecimiento económico del 6,5% para 2021 y del 7% para 2022.
El consumo privado y los ahorros de los hogares acumulados durante los meses de confinamiento y las restricciones a las actividades sociales serán el catalizador de esta recuperación económica, según coinciden la OCDE y el Banco de España.
Calviño dijo que los españoles habían acumulado unos 50.000 millones de euros en ahorros y que podrían estar en circulación en los próximos meses.
A pesar de la presión inflacionaria causada por la subida meteórica del precio de la energía, los analistas creen que el efecto será transitorio y descartan, por el momento, efectos secundarios.
Calviño mantuvo su predicción anterior de que el desempleo bajaría a un 15,2% a finales de 2021, del 15,3% registrado en el segundo cuatrimestre, pero aún superior al 13,8% registrado en el último cuarto de 2019.
La sólida demanda doméstica y la relajación de las medidas contra el COVID-19 durante el verano, junto a la recuperación parcial de la industria del turismo y la vuelta de un número importante de turistas, han contribuido a mejorar las expectativas.