LONDRES, 1 mar – El impulso del crecimiento del sector manufacturero de la eurozona disminuyó ligeramente el mes pasado, pero la actividad siguió siendo fuerte y las limitaciones de la cadena de suministro se redujeron, según una encuesta, aunque las fábricas y los consumidores tuvieron que hacer frente a un aumento de los precios.
El índice final de directores de compras (PMI) del sector manufacturero de IHS Markit bajó a 58,2 en febrero, frente a los 58,7 de enero, por debajo de la estimación inicial de 58,4, pero cómodamente por encima de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción.
El índice que mide la producción, que alimenta el PMI compuesto que se publicará el jueves y se considera una buena guía de la salud económica, subió a 55,5 desde 55,4.
“No hay que dejar que la caída del PMI principal distraiga la atención de lo que debería considerarse un mes en gran medida positivo para el sector manufacturero de la zona del euro en febrero”, dijo Joe Hayes, economista principal de IHS Markit.
“Las condiciones de ventas subyacentes se están fortaleciendo claramente a medida que Europa supera la oleada de la variante ómicron del COVID-19 y las empresas intensifican sus esfuerzos de recuperación”.
La demanda aumentó al ritmo más rápido de los últimos seis meses y, ante la acumulación de un mayor volumen de trabajo atrasado en las fábricas, se incrementaron las plantillas para intentar completar los pedidos.
La necesidad de materias primas adicionales, unida a los persistentes problemas de suministro causados por la pandemia de coronavirus, hizo subir los precios de los proveedores y las fábricas lo trasladaron a los clientes a un ritmo casi récord. El índice de precios de producción fue de 71,7, aunque inferior al 72,7 de enero.
No obstante, esta cifra podría volver a aumentar, ya que la crisis entre Rusia y Ucrania ha hecho subir el precio del crudo Brent.
Se prevé que los datos oficiales preliminares del miércoles muestren que la inflación en el bloque alcanzó un nivel récord del 5,3%, lo que podría aumentar la presión sobre el Banco Central Europeo para que endurezca su política monetaria.
El BCE subirá su tipo de depósito en el segundo semestre de este año, según una encuesta de febrero de Reuters entre economistas que mejoraron considerablemente sus previsiones relativas a la inflación para 2022. [ECILT/UE]