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La inflación de la zona euro alcanza otro récord y aumenta la presión sobre el BCE

La confianza de la eurozona cae aún más en abril por la guerra de Ucrania
La confianza de la eurozona cae aún más en abril por la guerra de Ucrania Derechos de autor Thomson Reuters 2022
Derechos de autor Thomson Reuters 2022
Por Reuters
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Por Balazs Koranyi

FRÁNCFORT, 1 abr -La inflación de la zona euro se disparó hasta el 7,5% en marzo, marcando otro récord cuando aún faltan meses para que alcance su pico, lo que aumenta la presión sobre el Banco Central Europeo para que frene unos precios desbocados, pese a la amenaza de una fuerte ralentización del crecimiento económico.

El crecimiento de los precios al consumo en los 19 países que comparten el euro se aceleró desde el 5,9% en febrero, según informó Eurostat el viernes, muy por encima de las expectativas del 6,6%, ya que la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia llevaron los precios de los combustibles y el gas natural a máximos históricos.

Aunque la energía fue la principal responsable, la inflación de los precios de los alimentos, los servicios y los bienes duraderos se situó por encima del objetivo del BCE del 2%, una prueba más de que el crecimiento de los precios es cada vez más amplio y no sólo un reflejo del petróleo caro.

Dado que el BCE ha subestimado en repetidas ocasiones la inflación durante el último año, la cifra supondrá un impacto para los responsables de la política monetaria de la entidad, algunos de los cuales ya están pidiendo una estrategia más estricta para evitar que se consolide el fuerte crecimiento de los precios.

"Los datos de la inflación hablan por sí solos", dijo el viernes Joachim Nagel, presidente del Bundesbank alemán. "La política monetaria no debe dejar pasar la oportunidad de tomar medidas oportunas".

Los gobernadores de los bancos centrales de Austria y Países Bajos ya han pedido subir tipos este año, preocupados por el hecho de que el rápido crecimiento de los precios se esté generalizando, un argumento respaldado por los datos subyacentes de la publicación del viernes.

La inflación que excluye los precios volátiles de los alimentos y los combustibles y que el BCE vigila de cerca, aumentó desde el 2,9% al 3,2%, mientras que una medida más limitada que también excluye el alcohol y los productos del tabaco saltó del 2,7% al 3,0%.

Cualquier corte en el suministro de gas ruso se trasladaría rápidamente a los clientes, aumentando los precios, incluso cuando los Gobiernos están poniendo en marcha medidas públicas para compensar parte del coste.

LA INFLACIÓN SE DISPARA, EL CRECIMIENTO SE ESTANCA

Todo esto deja al BCE ante un difícil dilema.

Su principal tarea es conseguir que la inflación llegue al 2%, pero endurecer ahora su estrategia supondría el riesgo de hundir una economía que ya se está tambaleando por las consecuencias de la guerra en un país vecino y por el impacto persistente de la pandemia del COVID-19.

El BCE estima que el crecimiento del primer trimestre fue positivo, pero por muy poco, mientras que el crecimiento del segundo trimestre será casi nulo, ya que los altos precios de la energía dañan el consumo y perjudican la inversión empresarial.

El escenario actual sugiere que el bloque está cerca de un estado de estanflación, en el que la rápida inflación va unida al estancamiento del crecimiento.

Los altos precios de la energía son tradicionalmente un lastre para el crecimiento y, por lo tanto, pesarán en la inflación una vez que pase el pico inmediato, aumentando el riesgo de que el crecimiento de los precios vuelva a caer por debajo del objetivo.

Sin embargo, el BCE no puede ignorar la alta inflación, sobre todo porque dice que el pico está todavía a tres o cuatro meses vista.

El mercado laboral de la zona euro cuenta con los niveles de mano de obra disponible más reducidos de las últimas décadas, por lo que la inflación salarial, condición previa para la inflación de los consumidores duraderos, ya está en marcha. Y la inacción del BCE también impulsaría las expectativas de inflación, lo que probablemente haría más permanente el crecimiento de los precios.

"De cara al futuro, todos los datos de las últimas encuestas sugieren que las presiones sobre los precios siguen siendo muy fuertes, por lo que hay muchas posibilidades de que la inflación subyacente siga aumentando", dijo Jack Allen-Reynolds de Capital Economics.

"Creemos que el BCE pronto llegará a la conclusión de que no puede esperar más antes de empezar a subir los tipos de interés".

El BCE ha subestimado el crecimiento de los precios durante todo el año pasado, por lo que su credibilidad está en juego.

El compromiso más probable será que el banco endurezca la política monetaria este año, pero con incrementos mínimos.

Los mercados prevén 63 puntos básicos de subidas de tipos para finales de año, pero los responsables de la política monetaria se han mostrado más cautelosos, y ninguno de ellos ha pedido movimientos tan grandes.

El riesgo, sin embargo, es que las grandes sorpresas en materia de inflación puedan obligar al BCE a endurecer los tipos más rápidamente y a ponerse al día más adelante.

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