MADRID, 1 abr -La presidenta del banco español Santander, Ana Botín, pidió el viernes a la Unión Europea que defina qué tipo de préstamos se consideran coherentes con una política energética de cero emisiones netas de carbono, para poder reducir la dependencia del petróleo y el gas rusos.
La UE, que ya se había propuesto cambiar los combustibles fósiles por la energía verde, ha dicho desde que Rusia invadió Ucrania en febrero que reducirá las importaciones de gas ruso en dos tercios este año y que dejará de utilizarlo por completo en 2027.
“Para conseguir reducir la dependencia de la UE al petróleo y gas rusos, entre otras iniciativas, está el que las entidades financieras podamos financiar la transición energética y para ello se requiere que las autoridades definan cuanto antes qué préstamos son compatibles con nuestros objetivos de descarbonización”, dijo Botín en una junta de accionistas.
Botín dijo que, aunque su exposición directa a Rusia es insignificante, de 80 millones de euros (88,4 millones de dólares), existe un cierto impacto indirecto derivado de una mayor inflación y un menor crecimiento económico.
“Hemos realizado este análisis bajo el supuesto de que no habrá una mayor escalada y que la invasión se limitará a Ucrania”, dijo.
Botín subrayó la necesidad de cambiar las políticas energéticas mundiales y acelerar las inversiones en renovables, a fin de que el banco pueda contribuir a la transición hacia energías limpias tanto de personas como de empresas.
La ejecutiva dijo que ese proceso será “más difícil” para las economías emergentes, para las pequeñas y medianas empresas (PYMES) y para los grupos vulnerables, por lo que pidió incentivos.
En España, las empresas y las familias, especialmente las PYMES y la población más vulnerable, necesitarán protegerse del impacto de la guerra, que ha disparado los precios de la energía. El Gobierno español aprobó el martes un paquete de 16.000 millones de euros para ayudar a empresas y hogares.
Botín dijo que los fondos europeos podrían utilizarse para apoyar la confianza y la inversión privada, que afirmó constituye un motor clave del crecimiento y el empleo.
El jueves, el BCE dijo que la exposición directa de los bancos de la zona del euro a Rusia es relativamente menor, pero que las sanciones podrían repercutir en el sistema financiero regional a través de la volatilidad de los precios de la energía y las materias primas.
La presidenta del Santander aseguró que el banco ha tomado las medidas necesarias para cumplir con las restricciones financieras y las sanciones impuestas a Rusia por la Unión Europea, el Reino Unido y EEUU, y “seguiremos observando estos requerimientos a medida que la situación evolucione”.
El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, dijo que el banco está reforzando los controles contra posibles amenazas operativas, como la ciberseguridad y el blanqueo de capitales.
En general, los bancos españoles se encuentran entre los menos expuestos al crédito ruso, ya que el Banco de España estima que su riesgo crediticio es de poco más de 700 millones de euros.
Álvarez dijo que el Santander espera que la guerra tenga un impacto desigual en las regiones en las que opera el grupo, siendo Europa la zona más afectada. El impacto en Sudamérica sería neutro o positivo, dijo, ya que las materias primas allí se exportarían a precios más altos, lo que provocaría una apreciación de la moneda.
(1 dólar = 0,9047 euros)