Por Daniel Leussink y Tetsushi Kajimoto
TOKIO - La economía japonesa se contrajo por primera vez en dos trimestres en el periodo enero-marzo, ya que las restricciones por el COVID-19 afectaron al sector servicios y el aumento de los precios de las materias primas creó nuevas presiones, lo que hace temer una recesión prolongada.
El declive supone un reto para el empeño del primer ministro Fumio Kishida por lograr el crecimiento y la distribución de la riqueza en el marco de su programa de "nuevo capitalismo", avivando el temor a la estanflación, una mezcla de crecimiento moderado e inflación creciente.
La tercera economía del mundo cayó a una tasa anualizada del 1,0% en enero-marzo con respecto al trimestre anterior, según mostraron las cifras del producto interior bruto (PIB), por debajo de la contracción del 1,8% esperada por los economistas. Esto se tradujo en una caída trimestral del 0,2%, según los datos de la Oficina del Gabinete japonés, frente a las previsiones del mercado de una caída del 0,4%.
La débil cifra puede presionar a Kishida para que libere aún más estímulos con las elecciones a la Cámara Alta a la vuelta de la esquina (10 de julio), tras los 2,7 billones de yenes (20.860 millones de dólares) de gasto presupuestario adicional aprobados el martes.
"La economía volverá a crecer en los próximos trimestres, pero no será una recuperación espectacular, lo que deja abierta la posibilidad de un mayor gasto a medida que se acerquen las elecciones", dijo Hiroshi Shiraishi, economista de BNP Paribas Securities.
"El confinamiento en China y las subidas de tipos en Estados Unidos, así como la crisis de Ucrania, podrían pesar sobre la demanda externa. El descenso de los ingresos reales de los hogares y las empresas debido al empeoramiento de las condiciones comerciales puede obstaculizar la recuperación de la demanda interna".
El consumo privado, que representa más de la mitad de la economía, apenas varió, según los datos publicados, por encima de la caída del 0,5% esperada por los economistas, pero inferior al crecimiento del 2,5% del trimestre de diciembre.
Muchos analistas esperan que la economía japonesa se recupere en los próximos trimestres, ayudada por la relajación de los frenos al coronavirus.
Sin embargo, siguen existiendo dudas sobre si la recuperación tendrá forma de V, ya que el aumento de los precios de la energía y de los alimentos ha frenado el consumo.