TOKIO, 30 nov - Una amplia gama de empresas japonesas están subiendo los precios, incluidas las de sectores históricamente reacios a repercutir los costes más altos a los clientes, dijo el miércoles una nota de análisis del Banco de Japón en un guiño a la ampliación de la presión inflacionaria.
Un análisis exhaustivo de la encuesta empresarial trimestral "tankan" del Banco de Japón mostró que los aumentos de precios se estaban extendiendo a muchos sectores, incluidos los minoristas de productos electrónicos y las farmacias, que son conocidos por atraer a los clientes con grandes descuentos, según la nota.
Algunas empresas que subieron los precios lo hicieron por primera vez en 30 años tras un fuerte aumento de los costes de las materias primas, según la nota de análisis.
"Las encuestas realizadas a las empresas mostraron que cuando una empresa con una gran cuota de mercado en la industria sube los precios, otras tienden a seguir su ejemplo", dijo la nota de análisis.
Las notas de análisis ocasionales del banco central, elaboradas por su personal, no representan la opinión oficial del banco, sino que suelen arrojar luz sobre temas que se consideran importantes para las decisiones de política monetaria.
Japón ha estado sumido en décadas de deflación y baja inflación, ya que muchas empresas evitaban subir los precios por miedo a ahuyentar a los consumidores sensibles a los costes.
Esto está empezando a cambiar a medida que la invasión de Rusia en Ucrania y las limitaciones de suministro causadas por la pandemia del COVID-19 hacen subir bruscamente los precios de los combustibles y las materias primas, obligando a las empresas a repercutir los costes más altos en los hogares.
La inflación anual de los consumidores japoneses alcanzó en octubre su nivel más alto de los últimos 40 años, el 3,6%, muy por encima del objetivo de inflación del 2% del Banco de Japón, en una señal del impacto que el aumento de los costes de las importaciones estaba causando a los hogares.
El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, ha dicho que el banco mantendrá una política ultralaxa hasta que la inflación se vea impulsada no sólo por esas presiones de costes, sino por una fuerte demanda y un mayor crecimiento salarial.