La intención del bloque es la de duplicar su producción de semiconductores hasta llegar, en el año 2030, a copar el 20 % del mercado mundial.
La Unión Europea se lanza de lleno a la producción de microchips. El Parlamento Europeo y los Estados miembros alcanzaron este martes un importante acuerdo para impulsar el suministro de semiconductores en Europa, en un momento en que el bloque trata de reducir su dependencia de los proveedores asiáticos.
La intención de la Unión Europea es la de duplicar su producción de semiconductores hasta llegar, en el año 2030, a copar el 20 % del mercado mundial. Para ello, será necesario igualmente movilizar más de 43 000 millones de euros en inversiones públicas y privadas, con el objetivo de alimentar el creciente apetito europeo por los chips.
"Esto nos permitirá reequilibrar y asegurar nuestras cadenas de suministro, reduciendo nuestra dependencia colectiva de Asia", declaró Thierry Breton, comisario de Industria de la UE, en un comunicado tras el acuerdo alcanzado.
"La Chips Act impulsará el ecosistema europeo de semiconductores y desempeñará un papel vital en el fortalecimiento de la competitividad de la UE a nivel mundial", anunció por su parte la presidencia sueca del bloque.
La eurodiputada alemana Henrike Hahn tuiteaba por su parte que el acuerdo incluía 3 300 millones de euros destinados a "apoyar la creación de capacidad tecnológica a gran escala y la innovación en toda la UE en el sector de los semiconductores".
La decisión se toma después de las serias perturbaciones sufridas en la cadena de suministro durante la pandemia, que acabaron provocando una importante escasez de estos componentes, vitales para el uso de cualquier tecnología. Taiwán y Corea del Sur dominan hoy por hoy su producción.
Entre los principales objetivos de la iniciativa está facilitar la construcción de fábricas "primeras de su género", que se beneficiarían de permisos acelerados y podrían optar a financiación pública por contribuir a la seguridad de suministro. Además se designarán "centros de excelencia" en materia de investigación, candidatos a recibir apoyo público.
La ley, que podrá entrar en vigor una vez que tanto el Parlamento como el Consejo confirmen formalmente el acuerdo, se enmarca dentro de las iniciativas adoptadas en los últimos meses por la Unión Europea para aumentar su autonomía en áreas consideradas estratégicas, como la energía, las tecnologías verdes o las materias primas críticas.