El equipo de Euronews conoce su rica cultura y su legendaria hospitalidad. Además, visita Batumi, la segunda ciudad de Georgia, con su mezcla de historia antigua y futurista arquitectura, y explora la impresionante naturaleza de la región, que se puede observar a las afueras de la ciudad.
PUBLICIDADBosques protegidos por la UNESCO, hospitalidad legendaria y arquitectura futurista son algunas de las maravillas que esconde la región georgiana de Ajara, que se extiende a lo largo de la costa del mar Negro. Históricamente, ha sido una encrucijada de civilizaciones, donde Europa se encuentra con Asia.
En este episodio de Explore, el equipo de Euronews conoce su rica cultura y su legendaria hospitalidad. Además, visita Batumi, la segunda ciudad de Georgia, con su mezcla de historia antigua y futurista arquitectura, y explora la impresionante naturaleza de la región, que se puede observar a las afueras de la ciudad.
Selvas tropicales declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
La zona posee una enorme diversidad natural, toda ella a muy poca distancia de Batumi. Con su clima subtropical, en la región crecen los bambúes y los árboles cítricos. Los visitantes pueden disfrutar de las playas de las localidades costeras del mar Negro, y en apenas diez minutos, pasear por las montañas, y encontrarse con cascadas y selvas vírgenes.
Los frondosos bosques de Ajara, que cubren el 60 % de la región, son únicos. Algunos de ellos tienen 20 millones de años. Representan el único lugar del mundo donde coexisten el ‘bosque cólquico’, una ‘selva húmeda caducifolia’, y los humedales.
El 'Parque Nacional de Mtirala' es uno de los cuatro parques nacionales protegidos de Ajara que forman parte del patrimonio mundial de la UNESCO.
El británico Mike Garforth es un experto forestal que vive en Georgia desde hace dos décadas.
"Los bosques locales sobrevivieron a las glaciaciones", explica. "El resto de Europa quedó cubierta por cientos de metros de hielo, y todos los bosques y la fauna desaparecieron. En Georgia, sobrevivió todo. Aquí hay especies, las llamamos especies endémicas, que no se pueden encontrar en ningún otro sitio".
Mike Garforth cuenta a los periodistas de Euronews que, algunas de las cosas que más le gustan de Georgia son: la abundancia de deliciosas frutas y verduras de temporada, y lo hospitalarios que son los georgianos.
"Georgia tiene una historia muy rica, de la que sentirse orgulloso. La gente es muy acogedora, muy familiar, muy hospitalaria. Hay un dicho en Georgia que reza: ‘un invitado es un regalo de Dios’. Y… así es como la gente enfoca su vida, así es como se comporta a la hora de acoger a los visitantes", señala el experto forestal.
Preparar un festín
Ninguna visita a Georgia está completa sin probar su deliciosa gastronomía. Cada región tiene sus propias tradiciones culinarias. La cocina de Ajaria es una mezcla única de especias europeas y asiáticas, que se ha desarrollado a lo largo de los siglos. Así, es famosa por sus deliciosos sabores, y la rica variedad de sus platos.
Uno de los más famosos es el ‘khachapuri’ local, un delicioso pan relleno de queso, con una yema de huevo por encima. Tiene forma de barco, y la leyenda cuenta que era el plato favorito de los marineros que regresaban de sus viajes, y que el huevo representa el sol que ‘viajaba’ hacia el mar.
El denominado ‘Supra’ es un festín tradicional que sigue formando parte de la vida de los georgianos. La mesa se llena con una gran variedad de recetas, y la cena puede durar varias horas con cantos, poesía y narración de cuentos. La dirige el llamado ‘Tamadá’, o ‘maestro de brindis’, cuya importante función es mantener a los comensales atentos, con una serie de brindis, a menudo poéticos y filosóficos, y siempre, sentidos.
Un patrimonio georgiano único
El vino se almacena y envejece en un 'Qvevri', una especie de tinaja de barro. Durante los festejos, se honra a los invitados con el antiguo ritual de abrir el 'Qvevri' antes de llevar a cabo un ‘Supra’.
Georgia alberga más de 500 variedades de uvas autóctonas. Algunas de las cepas, que están en peligro de extinción, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo.
La música, la danza y el canto folclóricos son parte integrante del ‘Supra’, y de la hospitalidad georgiana.
A los georgianos les encanta compartir su rica cultura y patrimonio con los visitantes, y participar en un ‘Supra’ es una experiencia para recordar toda la vida.
PUBLICIDADLa capital de la región de Ajara es Batumi, la segunda ciudad de Georgia. Es una localidad vibrante, con una mezcla de ‘encanto antiguo’, y modernidad.
La historia de la ciudad, que se remonta a la antigüedad, se menciona en las obras del filósofo griego Aristóteles.
En el siglo XIX se convirtió en un importante puerto internacional en el mar Negro. A finales del siglo XIX se construyó el famoso bulevar, que se extiende a lo largo de siete kilómetros, junto al mar, y ofrece un espacio verde para pasear, montar en bicicleta y hacer ejercicio.
En los últimos diez o quince años, Batumi se ha transformado con modernos rascacielos, y una futurista arquitectura.
"El paisaje urbano de Batumi cambia muy deprisa, y al mismo tiempo, se combina con la naturaleza, y con toda la autenticidad de la ciudad y su encanto. Esto es algo que atrae a todo tipo de viajeros", explica Tornike Rizhvadze, presidente del Gobierno de Ajara.
PUBLICIDADEl Gobierno de la región tiene ambiciosos proyectos para la ciudad, como el primer World Trade Center de la región, y una isla artificial con forma de palmera.
Cuando el sol se pone sobre Batumi, la ciudad se ilumina. Para los que disfrutan de su vida nocturna, existen salas de conciertos como Stage 17, donde actúan artistas internacionales y locales, y elegantes bares en las azoteas, donde poder disfrutar de las vistas panorámicas de la ciudad.