Relevo generacional en la cúpula China

Relevo generacional en la cúpula China
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Por Euronews
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Como estaba previsto en el guión del décimo octavo congreso del Partido Comunista de China, los veteranos han pasado el relevo a la joven guardia.

Con su particular idea de la democracia, el Partido Comunista ha elegido a sus dirigentes para los próximos cinco años.

Para facilitar la toma de decisiones por consenso, el Comité Permanente del Politburó político, instancia suprema del Partido y por ende del país, se ha reducido a 7 miembros en vez de nueve.

Xi Jinping toma el timón del Partido Comunista Chino y de este nuevo equipo exclusivamente masculino compuesto por tres reformistas cautos, entre ellos el propio Xi y el próximo primer ministro Li, dos conservadores y dos reformistas económicos.

A la espera de su investidura como jefe del Estado en marzo de 2013, Xi ha marcado ya el rumbo para el Partido Comunista de China:

Xi Jinping:
“Nuestra responsabilidad reside en trabajar con toda la militancia para mantener un principio fundamental: que el partido vele por su propia administración y se discipline con rigor, para resolver de forma eficaz nuestros propios problemas, para mejorar nuestra conducta y mantener un vínculo estrecho con las masas. Procedienso así, garantizaremos la permanencia de nuestro partido como firme núcleo dirigente de la causa del socialismo con características chinas”

En otras palabras, el Partido Comunista debe reinventarse ideológicamente para mantener el lugar que conquistó con la fundación de la República Popular de China en 1949 con Mao Zedong. Bajo la doctrina del “gran timonel”, el partido logró conquistar el poder político.

En 1982 bajo el impulso reformista de Deng Xiaoping, China inicia su irresistible desarrollo económico. El Partido Comunista consagra entonces su teoría de la construcción del socialismo con características chinas, es decir, la economía de mercado socialista.

En 2002 se produce un nuevo “aggiornamento”, cuando el Partido Comunista cambia sus estatutos y proclama que representa los intereses de todo el pueblo y de la nación china, y no sólo los de la clase obrera. Era el final del mandato de Jiang Zemin.

Para hacer frente a los nuevos desafíos que esperan a la quinta generación de dirigentes comunistas chinos, el partido ha acuñado ya un nuevo concepto, el del “desarrollo científico”.

La cúpula china cambia, pero ¿tomará el país un nuevo rumbo o veremos más de lo mismo?Tenemos con nosotros a nuestro comentarista habitual para los asuntos relativos a China, Robert Lawrence Kuhn, autor de “Cómo piensan los líderes chinos”.

Ya teníamos pistas sobre la identidad de esta nueva generación de líderes. Son más jóvenes, pero ¿cree que serán muy diferentes de sus predecesores?

Robert Kuhn:
Lo que es importante entender es que no sólo importa el número uno del partido, el señor Xi Jinping, que es el nuevo secretario general, sino todos los miembros, porque todos tienen el mismo peso.

China está dirigida por el consenso de la oligarquía. Todo en China pasa por uno de estos siete individuos, que son independientes entre sí.

Seis de ellos han estado ya al frente de provincias o municipios importantes. Son territorios que tienen 30, 50 o hasta cien millones de habitantes. De hecho estarían entre los 20 principales países del mundo si fueran países independientes, entre los 35 primeros en términos de PIB.

Por tanto tienen una sólida experiencia administrativa y eso significa que han trabajado durante muchos tiempo con directores de empresas, empresarios y diplomáticos occidentales, concretamente, durante dos mandatos de cinco años, es decir, muchos de ellos, ocho o diez años, algunos incluso más de dos mandatos, y creo que esa experiencia será muy efectiva a la hora de enfrentarse a los enormes problemas que tiene el país.

Nial O’Reilly. euronews:
Uno de los asuntos que ha salido continuamente a colación es la lucha contra la corrupción, pero ¿cree que los nuevos líderes van a hacer una operación de limpieza eficaz? y sobre todo, ¿cree que los chinos esperan que lo hagan?

Robert Kuhn:
La corrupción es un asunto extremadamente importante. El pueblo chino ahora está muy pendiente de esos casos.

Como China se ha convertido en un país mucho más rico, los que dirigen el país tienen un botín más importante para repartirse.

Y cuando hay un sistema de partido único, que en mi opinión, es bueno para China, al menos a corto plazo, mientras haya frenos, contrapesos, transparencia, todo lo necesario pero un sistema de partido único, como decía, necesita controlar los medios para mantener ese poder y por tanto, nunca se podrá controlar totalmente la corrupción.

Este año ha habido escándalos enormes que han puesto de relieve la falta de controles y contrapesos a nivel de la cúpula dirigente en China.

Mucha gente me dice, me refiero a los altos dirigentes, que esta vez hay que arreglar realmente las cosas, porque la gente ya no está dispuesta a aguantar la corrupción. Y eso va a ser difícil.

euronews:
“En términos económicos, ¿cuál es la principal preocupación en este momento? ¿qué iniciativas políticas retiene del Congreso del partido que acaba de concluir?

Robert Kuhn:
Cuando se examina el crecimiento económico, el problema es que todos se paran en el titular: China crece un 7,5% , ¿puede mantener ese crecimiento? pues probablemente sí, pero esa no es la cuestión.

Lo que importa es cuáles son los componentes del PIB. En el pasado eran principalmente las inversiones, las infraestructuras y las exportaciones, que son insostenibles por diferentes razones: las exportaciones porque no se puede lograr un equilibrio comercial eternamente, y las inversiones, porque cuántas más inversiones haces, más difícil es gestionar las cosas.

Los chinos tienen que incrementar el consumo interno. Y eso se consigue subiendo los ingresos de los trabajadores, de las familias eso pasa por una transformación de la economía del país.

Por eso el hecho de que el índice de crecimiento sea un poco bajo no es un dato malo en sí.
Hay que analizar todos los componentes, seguirles el rastro, porque para China es muy importante saber hacia dónde va su economía, y por supuesto, es un asunto que afecta también al resto del mundo.

Nial O’Reilly:
Señor Kuhn, gracias por su análisis.

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