Obligar a los inmigrantes que quieran quedarse en Alemania a hablar alemán tanto fuera como dentro de sus casas. Es la propuesta de los
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Obligar a los inmigrantes que quieran quedarse en Alemania a hablar alemán tanto fuera como dentro de sus casas.
Es la propuesta de los democristianos bávaros, el socio minoritario de la coalición gubernamental dirigida por Angela Merkel, que se ha difundido el fin de semana en la prensa y que ha creado una gran polémica en un país que cuenta con alrededor del 20% de su población de raíces extranjeras.
“Lo que ha aparecido publicado este fin de semana pretende hacer entender que la lengua es la llave hacia una integración exitosa”, decía el secretario general de la CSU, Andreas Scheuer.
Ante la lluvia de críticas tanto de las asociaciones de inmigrantes como de los otros dos socios de la Gran Coalición, los democristianos bávaros han tenido que matizar su propuesta y aligerarla cambiando el concepto de obligación por el de motivación.
El partido de Angela Merkel ha dicho que en ningún caso la propuesta de la CSU estaba en el programa de Gobierno.
La polémica imposición del alemán coincide con un debate nacional sobre la gestión del creciente número solicitudes de asilo.