Un amor a prueba de espionajes, prisiones y enemistades. Es lo que ha conmovido a Cuba en su periodo más esperanzador de los últimos años. La espera
PUBLICIDADUn amor a prueba de espionajes, prisiones y enemistades.
Es lo que ha conmovido a Cuba en su periodo más esperanzador de los últimos años. La espera de la mujer de Gerardo Hernández, uno de los espías que pasó los últimos 16 años en una cárcel estadounidense y que a su vuelta ha reencontrado a su esposa con un hijo suyo en su vientre.
“Se trataba de un asunto humano. No tenía nada que ver con los políticos de los dos países. Eran solo valores familiares, algo humano. Lo que quiero decir es que me siento como una especie de padrino. Nunca ví a su marido, pero vi las imágenes del momento en el que se volvieron a encontrar, la felicidad en su rostro pero sobre todo en el de ella”, decía Patrick Leahy, el senador que propició el embarazo.
Adriana Pérez no tuvo contacto con su marido durante su cautiverio pero consiguió que se autorizase la reproducción asistida como parte de las negociaciones entre Cuba y Estados Unidos que permitieron la liberación de los tres espías.