El único país que se ha mostrado contrario a la ofensiva egipcia en Libia ha sido Catar, que respalda al Gobierno paralelo islamista de Trípoli. Doha
El único país que se ha mostrado contrario a la ofensiva egipcia en Libia ha sido Catar, que respalda al Gobierno paralelo islamista de Trípoli. Doha ha llamado a consultas a su embajador en El Cairo por considerar inapropiadas las críticas del Gobierno egipcio a su postura.
El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, ha dicho que volverá a atacar si amenazan la seguridad de los suyos:
“Es importante que sepan que nosotros no atacamos a nadie, el Ejército egipcio nunca ha sido agresor o invasor para tomar las tierras de otros independientemente de su fuerza. Su función es la de proteger a Egipto y a su gente”.
El presidente egipcio pidió una reunión de urgencia al Consejo de Seguridad de la ONU para solicitar una intervención militar en Libia, y poder luchar contra los yihadistas del Estado Islámico. Una propuesta que parece no va a prosperar.
Por su parte, el ministro de Exteriores libio, Mohamed al Dairi, pidió a la ONU que levante el embargo de armas que mantiene desde las revueltas de 2011 para que su Ejército pueda combatir el terrorismo.
“La ayuda sería posible con un levantamiento del embargo de armas, para que nuestro ejército pudiera recibir material y armas para lidiar con este terrorismo descontrolado”.
El ataque de Egipto a cuatro posiciones del grupo Estado Islámico en Libia se produjo en respuesta a la decapitación el domingo de 21 cristianos coptos egipcios cerca de Trípoli.
Los terroristas amenazan en el mismo vídeo con conquistar Roma, la capital italiana.