El autodenominado Estado Islámico ha reivindicado el ataque suicida que en la mañana del sábado ha causado más de treinta muertos y un centenar de
El autodenominado Estado Islámico ha reivindicado el ataque suicida que en la mañana del sábado ha causado más de treinta muertos y un centenar de heridos en la ciudad afgana de Jalalabad.
Lo ha asegurado el presidente Ashraf Gani tras el que sería el primer atentado de esta envergadura del grupo yihadista en su país, donde sí habria realizado otras acciones como decapitaciones y secuestros.
Un exportavoz de los talibanes de Pakistán, Shahidullah Shahid, fue quien se atribuyó la autoría del ataque en nombre del EI. No se han confirmado aún sus actuales lazos con esta organización, que ha proclamado un califato en parte de Siria e Irak.
La explosión, se investiga si de una o dos bombas, tuvo lugar junto a un banco estatal al que había acudido un grupo de funcionarios para cobrar su salario.
“Había recibido mi sueldo, no estaba en la fila. Vino una moto. Un hombre con traje se acercó a la multitud y detonó su cinturón de explosivos”, recuerda este oficial afgano herido. “Escuché dos explosiones”.
Los talibanes, con quienes Kabul intenta sellar la paz, han condenado la matanza.
Las autoridades afganas llevaban meses advirtiendo sobre la entrada de miembros del EI en Afganistán.
Algunos analistas lo consideran una forma de obtener más ayudas occidentales tras la retirada de la mayor parte de las fuerzas extranjeras.
En un vídeo difundido el pasado enero, una decena de dirigentes talibanes cambiaban de bando y juraban fidelidad al autodenominado Estado Islámico. Shahid no estaba entre ellos, aunque era amigo de un mando pasado a esta organización matado por un dron estadounidense recientemente.