Los pilotos de la aerolínea portuguesa TAP comienzan hoy una huelga de diez días. Acusan a la compañía y al Gobierno de no cumplir sus compromisos
Los pilotos de la aerolínea portuguesa TAP comienzan hoy una huelga de diez días. Acusan a la compañía y al Gobierno de no cumplir sus compromisos.
El paro anulará hasta tres mil vuelos, afectará a unos 300 000 pasajeros y, según la empresa, le hará perder unos setenta millones de euros.
Gobierno, oposición y otros empleados de la firma les imploran suspenderla.
“Piensen en el país, piensen en el turismo, piensen en la compañía”, pedía el viceprimer ministro Paulo Portas. “TAP es importante, no contribuyan a destruirla. No hagan diez días de huelga en un mes, eso es ruinoso para la tesorería de una empresa”.
Ante la inminente privatización de la compañía, los pilotos exigen hasta un veinte por ciento de las acciones, tal y como habían acordado en 1999, y la restitución de las primas por antigüedad suprimidas en 2011.
El Gobierno de centroderecha portgués pondrá en venta el 66 por ciento de TAP de mayo a junio, reteniendo un 34 por ciento, que podría ser vendido en dos años.