Ya son más de 350 los fallecidos en el terremoto que sacudió el lunes una zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán. Los equipos de rescate tienen
Ya son más de 350 los fallecidos en el terremoto que sacudió el lunes una zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán. Los equipos de rescate tienen una doble dificultad para acceder a las zonas golpeadas: muchas aldeas están en la alta montaña y allí campan a sus anchas los talibanes. Hay miles de heridos y pocos medios para atenderlos. Christian Lindmeier, portavoz de la Organización Mundial de la Salud, alerta de que “aparte del trauma inmediato y de las lesiones, podemos esperar ver una serie de riesgos para la salud como las enfermedades transmitidas por el agua, diarrea, disentería, hepatitis A y E, infecciones respiratorias agudas, otras enfermedades prevenibles por vacunación como el sarampión, la tos ferina, el tétanos, etcétera”.
El terremoto alcanzó los 7,5 grados en la escala de Richter. Aunque tuvo su epicentro en el lado afgano, la mayoría de las víctimas, dos tercios, son de Pakistán. Tanto las labores de rescate como los funerales se están desarrollando con miedo a las réplicas del seísmo, algunas de las cuales han rozado los 5 grados en la misma escala.