Un tribunal ha decretado prisión preventiva para dos editores de un semanario turco crítico con el Gobierno a los que se les acusa de “conspiración
Un tribunal ha decretado prisión preventiva para dos editores de un semanario turco crítico con el Gobierno a los que se les acusa de “conspiración para dar un golpe de Estado” y de “intento de derrocar al Gobierno”.
En una operación lanzada en 18 provincias del país, más de 40 funcionarios, incluidos policías y altos cargos, han sido detenidos por su presunta relación con el movimiento islamista del predicador Fethulah Gülen.
La promesa de rebajar la tensión realizada por el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, en su victoriosa noche electoral del pasado domingo parece haber caído en saco roto.
El Partido Justicia y Desarrollo recuperó entonces la mayoría absoluta en unas elecciones refrendadas por la OSCE, organismo que, sin embargo, ha denunciado la falta de libertad de prensa y de expresión durante la campaña.
“Nuestra gente ha dicho: gobierna el país en solitario. Si la nación nos otorga la misión de servir a la gente, tenemos que ponernos en marcha. Empezaremos a trabajar desde hoy”, aseguraba el primer ministro turco.
Washington ha expresado su preocupación por la presión e intimidación a periodistas y medios críticos con el Ejectutivo turco. Presiones, según la Casa Blanca, aparentemente dirigidas a “debilitar a la oposición política”.