El pontífice inició a primera hora del domingo en Bangui la tercera etapa de su gira africana. Lo ha hecho en un campo de refugiados de Bangui. Es la
El pontífice inició a primera hora del domingo en Bangui la tercera etapa de su gira africana. Lo ha hecho en un campo de refugiados de Bangui. Es la visita más arriesgada por la situación de inseguridad en el país. Francisco pidió unidad, dignidad y trabajo”, para superar el conflicto interreligioso que en los últimos dos años ha costado la vida a miles de personas.
La espiral de violencia sectaria comenzó en República Centroafricana con el derrocamiento de François Bozizé en marzo de 2013 a manos de rebeldes Séléka, de mayoría musulmana, contra quienes se alzaron en armas meses más tarde milicias denominadas anti-balaka, de mayoría cristiana.
La presidenta interina Catherine Samba-Panza, pidio perdón ante Francisco literalmente “por todo el mal que se ha hecho en el país en el curso de la historia”. Aseguró que “aspira a una República Centroafricana sin rencores, odio, divisiones, sin discriminación religiosa ni étnica, sin armas y en la que todos los ciudadanos puedan darse la mano para reconstruir el país”.
En el palacio presidencial, el papa llamó la atención al estamento político y aseguró que las autoridades deben “ser un ejemplo para sus compatriotas.
La Republica Centroafricana sigue colapsada por una guerra entre grupos armados que ha causado miles de muertos. El pánico al ejército y a facciones enfrentadas ha provocado decenas de miles de refugiados y desplazados en los últimos dos años.