No todos se felicitan con el mismo entusiasmo. El acuerdo alcanzado en París no deja de ser una declaración de intenciones de carácter universal. Un
No todos se felicitan con el mismo entusiasmo. El acuerdo alcanzado en París no deja de ser una declaración de intenciones de carácter universal. Un detalle revelador ha sido la redacción final con carácter condicional de la obligación de disminuir las emisiones de CO2, una petición de Estados Unidos que ha hecho campaña para que el texto no sea obligatorio.
“No nos engañemos, el acuerdo de París establece un marco duradero necesario para luchar contra el cambio climático. Este acuerdo representa la mejor oportunidad para salvar el único planeta que tenemos”, ha dicho Obama.
China, el país que más contamina, apostilló a través de su delegado, Xie Zhenhua, que “el acuerdo no es perfecto y que ciertas áreas necesitan mejoras. Sin embargo, eso no impide, añadió Zhenhua, dar un paso histórico.”
También empleó el condicional el representante de la India, el ministro de Medio Ambiente, Prakash Javadekar, al asegurar que “el acuerdo podría haber sido más ambicioso.”
El ministro de Medio Ambiente y Energía de las Maldivas, Thoriq Ibrahim, remarcó que “pese a tratarse de un acuerdo histórico, la historia les juzgará no por lo escrito este día sino por las acciones que se lleven a cabo, las generaciones futuras medirán su impacto.”
Las ONG son más unánimes al tachar de insuficiente el texto
“Puesto que se trata de un compromiso, ciertas ambiciones han sido talladas, sin embargo, hoy nadie esconde su alegría por tratarse del primer acuerdo universal sobre el cambio climático”, comenta el enviado especial de euronews, Grégoire Lory