Cinco años después del derrocamiento de Hosni Mubarak se consolida en Egipto el régimen autoritario de Abdelfatá al Sisi. La simbólica plaza cairota
PUBLICIDADCinco años después del derrocamiento de Hosni Mubarak se consolida en Egipto el régimen autoritario de Abdelfatá al Sisi.
La simbólica plaza cairota de Tahrir, que protagonizó un prometedor levantamiento en 2011 permanece blindada desde hace días por policías y militares. En la víspera fueron detenidos en Alejandría seis supuestos miembros de los ahora ilegales Hermanos Musulmanes.
Al Sisi ha señalado durante su discurso que la democracia no madura de un día para otro:
“El Egipto de hoy no es el Egipto de ayer. Juntos estamos construyendo un estado civil desarrollado y moderno que defiende los valores de la democracia y la libertad.”
Desde hace más de dos año, en Egipto rige una ley que prohíbe cualquier manifestación y protesta que no haya sido previamente aprobada por el gobierno. Para muchos egipcios, por mucho que se rebusque, no hay motivos para celebrar la efeméride.
“La revolución del 25 de enero fue un sueño maravilloso que desgraciadamente hemos perdido. Soñábamos en un Egipto mejor”, asegura un egipcio residente en la capital.
“Antes de la revolución trabajaba en la región de Asuán, donde el turismo atraía mucho dinero, pero la revuelta lo cambió todo, ahora ya no hay trabajo allí, así que me tuve que venir a El Cairo a buscarme la vida”, añade otro egipcio.
Organizaciones de derechos humanos estiman que desde el pasado agosto un centenar de personas ha desaparecido cada mes sin dejar huella. El régimen del Abdelfatá al Sisi ha reforzado la persecución de la disidencia por miedo a revueltas.