Aunque por número de delegados aún no tienen garantizada la nominación en sus respectivos partidos, la exsecretaria de Estado y el magnate
Aunque por número de delegados aún no tienen garantizada la nominación en sus respectivos partidos, la exsecretaria de Estado y el magnate neoyorquino hacen sus cálculos electorales contando con que el duelo final por la presidencia de Estados Unidos se jugará entre ellos dos.
El resto de aspirantes no tira la toalla, por ahora. En el lado demócrata, Bernie Sanders ha salido tocado del voto del martes, pero se mantiene combativo. Ha sobrevivido al empuje de Clinton en los estados del sur y se prepara para devolver el golpe en los del norte.
Donald Trump también ha confirmado su ventaja frente a los otros candidatos republicanos, lo que preocupa bastante en el aparato del partido. El “establishment” conservador asiste a la imparable ascensión de Trump y estudia fórmula para frenarlo.
Ted Cruz estaría encantado de liderar el “cordón sanitario” contra Trump. Consiguió salvar los muebles en el Supermartes, pero sin alardes. Ganó en su Estado natural, Texas- por el que es senador- y en dos más.