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Clinton contra Trump: parecía fácil

Clinton contra Trump: parecía fácil
Derechos de autor 
Por Beatriz Beiras
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Desde el aluvión del Supermartes la aspirante a la nominación demócrata, Hillary Clinton, y el aspirante a la nominación republicana, Donald Trump saben que el duelo para ganar la presidencia de Estados Unidos se librará entre ellos dos.

Cuando el 1 de febrero empezó la larga campaña de las primarias para conseguir la nominación, Donald Trump parecía el adversario republicano más fácil para que la exprimera dama, exsenadora y exsecretaria de Estado y saliera vencedora en el escrutinio del 8 de noviembre .
Hillary Clinton, con su larga experiencia política, sus tablas y su discurso razonable e integrador, partía favorita en los sondeos frente a un personaje que divide, sin experiencia política y que nunca ocupó un cargo electo.

Durante mucho tiempo, a pesar de las múltiples señales de la fulgurante ascensión de la popularidad de Trump, los gerifaltes del partido Republicano no se alertaron. Ahora temen, que si gana la nominación, Trump les cueste no solo la Casa Blanca, sino también el Senado y la Corte Suprema. Temen que sus agresivas promesas, como construir un muro en la frontera con México, deportar a 11 millones de inmigrantes ilegales o prohibir temporalmente la entrada en Estados Unidos a los musulmanes, les hagan perder frente a la problable candidata demócrata. Y a este escenario ya le han puesto nombre: « Trumpmare », osea la pesadilla Trump.

Pero ahora el miedo ha saltado también al campo demócrata propulsado por la imparable apisonadora Trump. Aunque el director de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, asegura que siempre se han tomado en serio a Donald Trump, lo cierto es que va a ser dificil encontrar una estrategia que pare los golpes bajos que el multimillonario propina con destreza, sin caer en el lodazal.

Atacar a un contrincante sin corsé ideológico o siquiera moral, no va a resultar fácil para alguien racional, disciplinada y dicen que algo rígida como Hillary Clinton. Además, en esta delirante campaña, lo que normalmente son ventajas se convierte en lastres. Así todo el bagaje político de la exsecretaria de Estado se puede convertir en un defecto si la fiebre contra las élites dirigentes, azuzada hábilmente por Donald Trump, sigue subiendo. En eso Clinton es una presa fácil por su condición de miembro del denostado establishment .

El magnate inmobiliario ya ha prometido que va a ser rudo y que no va a soltar el asunto de los emails que pende sobre la exsecretaria de Estado de Barack Obama.

Hace unos meses Washington miraba con preocupación y asombro el ascenso del populismo de extrema derecha en Europa, sobretodo del Frente Nacional en Francia. Ahora, Europa no es la única que mira con pasmo y horror el arrase de un populista incontrolable en el país mas poderoso del planeta.

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