Los manifestantes han intentado entrar con sus embarcaciones en la zona de seguridad establecida durante la estancia del presidente francés, François
Los manifestantes han intentado entrar con sus embarcaciones en la zona de seguridad establecida durante la estancia del presidente francés, François Hollande, y toda la delegación gala acogida por el primer ministro, Matteo Renzi.
A golpe de cañones de agua, los agentes han repelido a los militantes que portaban pancartas no solo contra la línea de alta velocidad entre Francia e Italia, también, contra la autorización de barcos de crucero en el lago de Venecia y las prospecciones petroleras en el Adriático.
“No queremos que entren barcos de gran tonelaje, ni grandes inversiones públicas, ni trenes de alta velocidad con un coste medioambiental muy alto ya que destruyen nuestras ciudades”, comenta una manifestante.
El movimiento de oposición al proyecto de la línea Turín-Lyon data de los años 90 y, desde que los ciudadanos del Valle de Susa se organizaron, no ha cesado de crecer hasta hoy.