Cameron excluye por ahora la nacionalización de las plantas de acero Tata en el Reino Unido

El primer ministro británico, David Cameron, se ve obligado a convocar una reunión de crisis tras el anuncio del indio Tata de su intención de vender sus empresas de acero en el Reino Unido. Esta información ha desatado una tormenta política en el país, donde Tata emplea a quince mil personas. Sobre todo en Gales. Sindicatos y oposición piden una nacionalización.
“No excluimos nada, pero no creo que la nacionalización sea la buena respuesta”, manifestó Cameron de vuelta de sus vacaciones de Pascua. “Lo que hay que hacer es asegurar el futuro a largo plazo de Port Talbot y otras fábricas de acero en el Reino Unido”.
El epicentro de la producción del grupo indio se sitúa, precisamente, en la localidad galesa de Port Talbot donde se concentra un tercio de su plantilla. El anuncio de venta se vive allí como una drama después de la desaparición de las minas de carbón.
“Si no intervenimos para proteger estos puestos en el acero y otras fábricas del sector, esta industria desaparecerá del país”, se alarmó el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, de visita a la localidad.
El sector del acero europeo se halla bajo presión por una sobreproducción mundial, que alimenta China al ralentizarse su economía y exportar su excedente con una fuerte bajada consiguiente de los precios. Y, en el Reino Unido, la incidencia es aun más grande por unos mayores costes de producción.