La tensión entre Hungría y Serbia por la crisis migratoria sigue viva y aumentando.
PUBLICIDADLa tensión entre Hungría y Serbia por la crisis migratoria sigue viva y aumentando.
Aunque un año después las televisiones y los periódicos no hablan de Röszke-Horgos, la situación en el lado serbio de la frontera sigue siendo extremadamente complicada.
Durante el verano se han registrado diariamente decenas de llegadas de refugiados, la mayoría procedentes de Afganistán y Pakistán.
Actualmente hay cerca de 300.
Atrapados en tierra de nadie entre la frontera serbia y la valla fronteriza húngara, las cosas más básicas se convierten en una pesadilla, como un simple corte de pelo.
Cientos de refugiados duermen al raso en una carretera cortada, con la única ayuda de grupos de voluntarios y un acceso severamente restringido a la comida, el agua corriente o retretes. Ernő Simon es portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en Budapest: “La situación es horrible en todos los aspectos. Te duele el corazón cuando ves familias con niños pequeños, algunos de días, viviendo semanas y semanas en tiendas de campaña que no son ni tiendas; son refugios construidos con mantas, abrigos rotos y trozos de tela.”
El sueño común de todos los que malviven aquí es ser admitidos en la zona de tránsito, porque una vez allí, el Gobierno húngaro examinará sus solicitudes de asilo.
Cada día un máximo de quince personas acceden a esa zona. Las familias tienen prioridad, pero aún así a veces tienen que esperar hasta dos meses para que estudien su situación.
La situación de los hombres solteros es más difícil aún. Algunos informes hablan de 200 días de espera.
Y para complicar más las cosas, desde principios de agosto los procedimientos de asilo son más difíciles, ya que los refugiados no pueden presentar su solicitud ante las autoridades en el lugar donde les arrestaron. Hungría fue el primer país en levantar vallas internas en la Unión Europea para evitar el paso de refugiados. El Gobierno del primer ministro conservador Viktor Orban ha convocado un referéndum sobre su cuota de refugiados para el 2 de octubre. La consulta planteará si los húngaros aceptan una cuota permanente de acogida en la Unión Europea.