No han ganado la guerra, pero sí una batalla importante frente a una empresa que construye un oleoducto que cruza el norte de Estados Unidos.
No han ganado la guerra, pero sí una batalla importante frente a una empresa que construye un oleoducto que cruza el norte de Estados Unidos.
Tras cinco meses de protestas, la tribu sioux Standing Rock ha logrado que la Administración Obama ordenara la suspensión temporal de un tramo del oleoducto, que prevé conectar a finales de año Dakota del Norte con Illinois cruzando otros dos Estados. Horas antes un juez federal había rechazado la petición de la tribu.
“Estas protestas no tienen sentido. Los oleoductos son la forma más segura, más eficiente y más fiable de enviar petróleo al mercado”, dice Ron Ness, del Consejo Petrolero de Dakota del Norte.
Durante el pasado fin de semana, en el que hubo violentos choques entre manifestantes y agentes,cuatro guardias recibieron atención médica y seis nativos sioux fueron mordidos por perros.
“No nos pueden garantizar que el oleoducto no se romperá. Si eso ocurre, no sólo contaminará el agua, sino también el suelo y las plantas. Acabará con todo lo que encuentre a su paso”, explica Wokase, miembro sioux.
El oleoducto, con un presupuesto de 3.700 millones de dólares, prevé transportar 470.000 barriles de petróleo al día desde los campos de extracción de Dakota del Norte a Illinois.