La decisión se ha tomado tras el ataque que ha sufrido este miércoles la organización en el norte del país. Seis cooperantes han muerto acribillados y otros dos se encuentran desaparecidos
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Lo ha confirmado este miércoles el Comité Internacional de la organización tras el ataque que ha sufrido uno de sus convoyes en la región norteña de Jawzjan. Seis cooperantes han muerto acribillados por un grupo de hombres armados y otros dos se encuentran desaparecidos.
El director general de la Cruz Roja apuntaba desde Ginebra que se trata del peor ataque sufrido por la organización en Afganistán en los últimos 20 años. Todas las víctimas son afganas.
“Nuestros compañeros conocían la región perfectamente”, decía Yves Daccord. “Era personal experto. Un ataque frontal es lo peor que podía pasar. Nos obliga a reformular nuestras acciones en el país con lo que ello significa para los afganos. Aún no me puedo creer que esa gente haya atacado a la Cruz Roja”.
An #ICRC convoy delivering much-needed aid in #Afghanistan was attacked by unknown armed men. Our statement: https://t.co/RkXq5FhQUi pic.twitter.com/6E2qg805dw
— ICRC (@ICRC) February 8, 2017
Las autoridades responsabilizan de lo ocurrido al Dáesh, sobre todo después de que las facciones talibanes se hayan desvinculado del suceso.
Este asalto se produce tan sólo unas semanas después de que otro empleado español de la Cruz Roja fuera liberado tras dos meses de cautiverio. Ni la organización ni la policía aclararon quien lo había secuestrado ni si se pagó un rescate.