El difícil regreso a Qaraqosh, la"capital cristiana de Irak"

Qaraqosh, conocida en el pasado como la capital cristiana de Irak, intenta a duras penas volver a la vida. Cuando el Dáesh ocupó en agosto de 2014 esta ciudad, situada a una treintena de kilómetros de Mosul, la mayoría de sus 50.000 habitantes huyeron a toda prisa. Dos años y medio después, algunos regresan para ver qué quedó de sus casas y si pueden recuperar su vida pasada, pero lo que se encuentran es un paisaje desolador: más de un tercio de las viviendas fueron destruidas o quemadas por los yihadistas antes de huir.
“¿Para qué volver? ¿Qué queda de nuestra ciudad? Solo devastación. Nuestra hermosa ciudad, donde vivíamos felices… y ahora regresamos para encontrar con toda esta destrucción. Quemaron las casas. Es una tragedia. Esto es lo que queda de la vivienda de mi tío. Es una lástima”, se lamenta una mujer junto a los escombros de una casa.
Y luego están las heridas invisibles que ha dejado el conflicto. Estos cristianos se pregunta ahora cómo van a poder convivir con sus antiguos vecinos, musulmanes sunies, sabiendo que algunos de ellos colaboraron con los yihadistas en la destrucción de la ciudad.
“Esto (las pintadas en las paredes del EI) se puede tapar con pintura. Lo difícil va a ser reconstruirnos nosotros, nuestra forma de pensar y entender la humanidad. ¿Cómo vamos a volver a aceptar a los otros y conseguir que nos acepten, cómo entenderles y que nos entiendan, cómo volver a convivir? Será muy difícil y tardaremos generaciones”, se pregunta Ikhlas Matteh, una profesora.
La mayoría de los cristianos de Qaraqosh huyeron a Erbil, la capital del kurdistán iraquí, a apenas un centenar de kilómetros. Lo que impide a muchos regresar ahora no es la distancia, sino de miedo. Se quejan de que el Gobierno iraquí no les protegió antes y temen que tampoco lo haga ahora si intentan volver a sus casas.