PUBLICIDADJornada de alta tensión en Grecia, en el segundo día de huelga general contra las nuevas medidas de austeridad. En Atenas, un grupo de manifestantes ha lanzado cócteles molotov y piedras a las fuerzas del orden. Ha ocurrido en la plaza Syntagma, donde se encuentra el Parlamento, que votará este jueves los recortes. Hasta allí han marchado también miles de personas, unas 12.000 según la policía.
Siete años después de la firma del primer rescate a Grecia, el país se ve abocado a aplicar más ajustes si quiere obtener un nuevo tramo de ayuda financiera internacional de 7.000 millones de euros. Los griegos se dicen hartos de esta situación.
“Ante un ataque masivo respondemos con una movilización general. Eso es lo que está sucediendo ahora. Están golpeando y acabando con las pensiones, con las convenciones entre empresas y sindicatos, con las pequeñas y medianas empresas, que representan el 92 por ciento de la economía griega”, dice Thanos Vassilopoulos, vicepresidente de la Federación de empleados del sector privado.
Entre las medidas previstas están un nuevo recorte de las pensiones, aumentos de impuestos y ampliar de 8 a 32 el número de domingos laborables en las tiendas.
“Ni hablar. No vamos a ganar más porque las tiendas estén abiertas los domingo. Es más, no queremos ganar más. Somos trabajadores, somos seres humanos, no podemos trabajar todos los días de la semana. ¿Para atender a quién? ¿A gente que espera al domingo para ir a comprar lo que necesita?”, afirma Efi Michali, representante de los empleados del sector de la estética.
Por segunda vez los recortes vienen de la mano del gobierno izquierdista de Alexis Tsipras, que ha prometido contramedidas de alivio. Los tres días de huelga concluirán este jueves, cuando el Parlamento votará la polémica ley. El Gobierno asegura que, después de este nuevo tijeretazo, la economía griega, la única de la eurozona que siguen en recesión, empezará a crecer.