Las fuerzas iraquíes han comenzado este domingo la que podría ser la última ofensiva a la ciudad
Tras ocho meses de campaña en la Mosul, las fuerzas iraquíes tratan de arrebatar a los terroristas del Dáesh el único enclave que aún está en su poder: el casco viejo.
Es la zona más poblada y en ella se encuentran atrapadas unas 100.000 personas en condiciones infrahumanas, según la ONU.
“La situación se está desarrollando según lo previsto, pero después de las continuas derrotas de las mafias del Dáesh, estas han empezado a emplear nuevas técnicas y métodos, usando a los civiles para protegerse. La prioridad para las fuerzas iraquíes es abrir corredores seguros más que avanzar sobre el terreno. Lo más importante es rescatar a la gente de manos del Dáesh”, aseguraba el portavoz del Ministerio de Defensa, Mohammed al Khodari.
En el casco antiguo de Mosul se encuentra uno de los templos más preciados para los yihadistas, la mezquita de Al Nuri. Allí, el que fuera su líder Abu Bakr al Bagdadi, proclamó en junio de 2014 el califato en los territorios que entonces había conquistado en Irak y Siria.