Alemania no permitirá campañas de propaganda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en su territorio.
Berlín y Ankara llevan meses de tensiones desde la prohibición de los mítines de los ministros turcos en suelo alemán, durante la pasada campaña del referéndum constitucional.
El ministro de Exteriores germano intenta ahora tranquilizar los ánimos: “Pienso que Turquía tiene razón cuando nos advierte y dice que no debemos permitir que el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) lleve a cabo actividades de propaganda en público. Esta organización ha sido prohibida en Alemania desde principios de los 90. Y legítimamente es así. No sólo por sus actividades en Turquía, sino también por la cobertura de delitos, como el narcotráfico y el tráfico de armas”, ha dicho Sigmar Gabriel.
El último capítulo de tanto desasosiego tiene al presidente turco como protagonista. Quiere hacer un mítin coincidiendo con la próxima cumbre del G20 que tendrá lugar en Hamburgo.
Desde Berlín, ni el Gobierno alemán ni la justicia parecen dispuestos a autorizar acto alguno ni “con” ni “a favor” de Recep Tayyip Erdogan.