El Papa Francisco pronunció finalmente la palabra prohibida. En su visita a Bangladés el sumo pontífice ha desobedecido finalmente las recomendaciones y se ha referido a los rohinyás, la minoría que está huyendo al país asiático desde Birmania. Lo ha hecho en un encuentro interrelegioso junto a musulmanes, budistas, hinduistas y otros cristianos.
"No cerraremos nuestro corazones. No miraremos hacia otro lado. La presencia de Dios hoy también se llama rohinyá", ha dicho Jorge Bergoglio.
Hasta ahora el Papa no había mencionado a esta comunidad por la posibilidad de violencia extremista en Birmania. En su alocución, ha pedido disculpas por la "indiferencia del mundo" ante la situación que ha provocado la huida de 620.000 rohinyás a Bangladesh y ha demandado que no se ignore a los refugiados, las minorías perseguidas, los pobres y los vulnerables.